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Como madre, ¿Alguna vez haz mirado con envidia la vida de otras mujeres?
Los estilos de vida diferentes al nuestro a menudo parecen glamorosos y emocionantes, porque, seamos sinceras, limpiar narices y cocinar macarrones con queso no parece ser tan glamoroso.
A veces, sin embargo, las madres perdemos de vista la voluntad de Dios para nosotras, ya que nuestras tareas parecen demasiado obvias u ordinarias.
Pero Dios mismo se ocupa de tareas domésticas repetitivas cada día: nos alimenta, nos cuida, nos cura las heridas, cuida las plantas y animales, hace llover, etc.
¿Cuáles tareas domésticas a puesto Dios para tí este día?
¿Cómo las comparas con lo que Dios hace cada día por nosotros y el planeta?
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