Durante las últimas semanas, hemos estado hablando sobre Adviento. Primero vimos cómo los profetas esperaban al Mesías. Luego hablamos de la paz que Él traería. Y la semana pasada, hablamos de la alegría que los pastores experimentaron ante el hecho de la encarnación. Hoy quiero que hablemos sobre nuestra respuesta ante ese hecho milagroso .
Cuando mis hijos eran niños, todas las noches colocábamos adornos en el árbol hasta que llegaba Navidad. Esa noche mis hijos se lanzaban a abrir los regalos. Cada vez que habrían uno su alegría crecía más y más. Al final se nos lanzaban a mi esposa y a mí y ¡nos llenaban de abrazos!
Dar y recibir regalos siempre ha sido una forma de expresar nuestro amor por los demás. Y en la Biblia vemos que Dios hace lo mismo. En el evangelio de Mateo, Jesús dice a sus discípulos:
«Pues si ustedes aún siendo malos saben dar cosas buenas a sus hijos, ¿cuánto más su Padre que está en el cielo dará cosas buenas a los que le pidan» (Mateo 7:11).
Pero la Navidad no es simplemente que Dios nos de un buen regalo. ¡El nacimiento de Cristo es el regalo más grande que jamás se haya dado!
Juan escribió :
«Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en Él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de Él» (Juan 3:16-17).
¿Nota lo que dice? Dice que Dios nos amó tanto que nos dio un regalo que nos pone en comunión con él.
Pero, ¿cómo quiere Dios que respondamos a ese regalo?
La respuesta tiene que ver con el concepto de participación. Cristo nos ha sacado de la oscuridad a la luz. Y a través de esta relación, una relación con Cristo, somos santificados, transformados, llegando a ser más como Cristo. Sabemos que Dios es amor, y su propósito es perfeccionar todas las cosas, así que cuando recibimos ese regalo, nuestra respuesta natural es amar a los demás. 1 Juan 4:19 lo resume así: » Nosotros amamos, porque él nos amó primero.»
En esta Navidad, la Comunión de Gracia Internacional desea a usted y a su familia los dones de la esperanza, la paz, la alegría y el amor. Y el año entrante esperamos que continúe junto con nosotros respondiendo a ese regalo y participando en Cristo.
Les habló Joseph Tkach, en Hablando de la VIDA.
HABLANDO DE LA VIDA EN ADVIENTO
- Hablando de la Esperanza en Adviento
- Hablando del Amor en Adviento
- Hablando de la Alegría en Adviento
- Hablando de la Paz en Adviento
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