Pequeños milagros

Pequeños milagros
Gianni y Mirella Tarroni


A principios del verano pasado, Gianni y Mirella Tarroni tenían mucho que esperar del futuro. Gianni podría jubilarse dentro de unos meses. Luego viajarían a Sardinia para disfrutar de la convención anual de su iglesia con amigos de toda Italia. La vida era buena y predecible. Luego, en un terrible instante todo cambió.

El 14 de junio de 2007, nuestro hijo Giacomo sufrió lesiones traumáticas en la cabeza en un muy grave accidente motociclístico. Él podría haber muerto. Pero gracias a Dios, Giacomo está vivo. Este evento ha cambiado nuestras vidas y establecido ante nosotros algunas prioridades que no habíamos conocido antes.
Mirando hacia atrás en los últimos meses, podemos ver cómo una terrible prueba también ha sido una maravillosa bendición, una en la cual hemos visto la mano de Dios una y otra vez cuidando a nuestro hijo lesionado.
Llámelo coincidencias si lo desea. Nosotros no. Sabemos que son respuestas a las oraciones de muchas personas alrededor de Italia y el mundo que oraron por nuestro hijo a nuestro Padre celestial.

En el preciso momento
En la escena del accidente, Giacomo sufrió un paro cardíaco. Sin embargo, este cedió de inmediato. El helicóptero de rescate llegó a la escena del accidente en el tiempo justo para realizar la intubación y la transferencia de las principales funciones del cuerpo a una máquina, y permitir así que el cerebro seriamente dañado de Giacomo descansara. Y cuando él llegó a la sala de emergencia, un joven y experto neurocirujano inmediatamente optó por la cirugía del cerebro, dejando una brecha abierta en el cráneo de Giacomo.
Todas estas cosas tenían que haber sucedido o nuestro hijo habría muerto en la escena o habría quedado en coma durante el resto de su vida. Como lo fue, lentamente comenzó a responder al tratamiento. Tuvimos algunos momentos de duda cuando el miedo de perder a Giacomo se apoderó de nuestras mentes. Pero el Consolador intervino para recordarnos que Dios estaba con nosotros.
Después de 26 días en la unidad de cuidados intensivos, Giacomo fue trasladado a la unidad de rehabilitación para personas con el cerebro gravemente dañado en Ferrara, a sólo 50 kilómetros (alrededor de 31 millas) de nuestra casa. Fue allí que empezamos a ver cómo, incluso en nuestra severa prueba, tuvimos la oportunidad de ser testigos del amor y la misericordia de Dios. En el hospital había muchos otros jóvenes de toda Italia, todos los cuales habían sufrido lesiones terribles. Algunos de ellos habían esperado varios meses antes de que pudieran ser admitidos en este centro de rehabilitación altamente especializado.
Incluso en este sentido se dio otra «coincidencia». Antes del accidente de Giacomo, yo había firmado todos los papeles para poder jubilarme en diciembre. Pero todo salió de manera que pude retirarme con seis meses de antelación, sin ningún tipo de sanciones financieras, por lo que pudimos estar en el hospital todo el día, todos los días.

Ayudando en el hospital
El hospital de Ferrara se convirtió en el centro de nuestra vida cotidiana. Nuestra presencia continua en el hospital nos permitió ver las necesidades espirituales de muchas otras personas. Los pacientes habían llegado de toda Italia, y muchos no tenían la bendición de contar con miembros de su familia cerca, de manera que nos encontramos con la oportunidad de servir no sólo a nuestro hijo, sino también a muchos de los otros pacientes, trayéndoles un vaso de agua, pelándoles fruta, recogiendo objetos o simplemente ofreciendo palabras de consuelo.
Esto nos enseñó una valiosa lección. Cuando Dios realiza un milagro en la vida de un creyente, quiere darle la fuerza que viene de la fe para testificar su gracia y dar la buena noticia de la maravillosa esperanza del cumplimiento del plan de Dios para los que sufren.
Hemos experimentado poner la palabra de Dios en práctica. Antes del accidente y de nuestra experiencia en el hospital, los sabíamos porque lo habíamos leído. Pero ahora podemos decir que el Espíritu nos recordó las Escrituras que necesitábamos para encontrar consuelo y solución a nuestros miedos y temores humanos. Cuando estábamos desalentados viendo a Giacomo tendido e inconsciente, el Espíritu parecía decirnos: «Dios es Todopoderoso y puede levantar a cualquiera.» Cuando nuestra propia fuerza se debilitó, el Espíritu nos recordó que la prueba no puede ser mayor que nuestra capacidad de soportar. Cuando clamábamos: «¿Por qué Giacomo y no uno de nosotros?», el Espíritu inmediatamente respondió que «todo obra para el bien a los que aman a Dios».

Fortalecidos por el sufrimiento
Esta prueba nos ha ayudado a comprender que Dios no nos da esta vida física para utilizar todo nuestro tiempo para llegar a ser exitosos ingenieros o empresarios, como si la vida física fuera un fin en sí misma. Dios nos ha dado la vida para que le busquemos y le amemos. Él quiere darnos la vida eterna para vivir en su presencia. Hemos sido llamados a vivir en la fe de Cristo en cada circunstancia de nuestra vida, estando plenamente conscientes de que no se nos ha prometido una vida más fácil que otras personas, y plenamente conscientes de que el sufrimiento proveniente de las circunstancias y acontecimientos de esta vida nos fortalece espiritualmente.
El dios de este mundo intenta destruir a los creyentes, pero el Creador nos fortalece en la fe y nos prepara para la misión espiritual principal: ser un testimonio vivo y luz en un mundo que está en angustia y oscuridad espiritual. Cada prueba y cada sufrimiento nos pueden ayudar a desarrollar una perspectiva espiritual.
Sabemos que nuestro Padre se regocijó en las muchas oraciones de muchos creyentes de todo el mundo. Para él fueron como «perfume», y ha optado por llegar a nosotros con su consuelo, misericordia y una paz que «sobrepasa al entendimiento».
Giacomo sigue progresando lenta pero continuamente. En un primer momento se pensó que tendría paralizado su lado izquierdo. Pero él está ahora en condiciones de realizar pequeños movimientos voluntarios con la pierna izquierda. Todos estamos muy motivados. Por favor, continúen orando por él. 

Odisea Cristiana

Autor: Comunión de Gracia

COMUNIÓN DE GRACIA INTERNACIONAL [GRACE COMMUNION INTERNATIONAL], es una denominación evangélica activa en casi 100 países y territorios con una afiliación internacional de alrededor de 42 mil miembros y 900 congregaciones. Nuestra misión es “vivir y compartir el evangelio”. Creemos en la unidad espiritual de todos los creyentes en nuestro Señor Jesucristo. Le invitamos a reunirse con nosotros en nuestros servicios de adoración donde escuchará el evangelio de Jesucristo y conocerá a otros cristianos que están experimentando su relación con Jesucristo, así como usted.

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