por Manuel C. Morais
A veces, las cosas y situaciones de la vida que nos disgustan pueden ser beneficiosas. Las dificultades de la vida son así. Tienen un propósito. Jesús nos ayuda a llevar nuestras cargas, y mientras lo hacemos podemos aprender y ganar la batalla por medio de Jesucristo: “Yo conozco tus sufrimientos” (Apocalipsis 2:9). Dios sabe por lo que pasamos. Nada escapa a su atención.
Como cristianos puede que estemos llevando cargas pesadas en búsqueda de respuestas a nuestros problemas, pero el apóstol Pedro nos instruye: “Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros” (1 Pedro 5:6-7).
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Revista Verdad y Vida | Julio-Agosto 2015: