El éxito no se trata de vivir una vida fácil; Se trata de vivir una gran vida.
Un estudio de Colosenses 1:15 – 2:1
P1 ¿Cuál es la clave del verdadero éxito?
P2 ¿Qué te viene a la mente cuando piensas en la palabra éxito?
P3 Nombra algunas personas que consideras que tienen éxito. ¿Qué los hace ser exitosos?
P4 ¿De qué manera ve Cristo el éxito diferente de como lo ve el mundo?
Más que tener o hacer cosas, el éxito puede ser definido como «vivir una gran vida». Significa vivir una vida que hace la diferencia, que tiene un impacto positivo en los que te rodean y continúa beneficiando a otros incluso generaciones después de que te has ido. En ese caso, para tener éxito no tienes que ser una celebridad, y no tienes que ser rico, pero hay tres cosas que tienes que estar dispuesto a hacer. En los últimos versículos de Colosenses 1, Pablo discute estas tres actitudes y cómo le llevaron a ser la persona que era. En estas actitudes vemos un modelo para el éxito. Si las aplicas a tu trabajo, ministerio, matrimonio, niños, sueños, metas, o cualquier otra cosa, tendrás éxito.
Cuando nos fijamos en las personas de éxito, sólo vemos los frutos de su éxito. No vemos las penas, el dolor y la soledad que van junto con ello. Las personas de éxito, incluso a aquellos que el mundo considera exitosos, tienen que estar dispuestos a sufrir. Tienen que estar dispuestos a trabajar muchas horas, soportar las críticas que no se merecen, y dar más de lo que a veces son capaces de dar. Pablo estaba dispuesto a pagar ese precio por una razón completamente diferente que el dinero y el poder.
- Lee Colosenses 1:15 – 2:1
Cuando Pablo hace referencia a «lo que falta de las aflicciones de Cristo» (v. 24), no está diciendo que la muerte de Cristo en la cruz no fue suficiente para nuestra salvación. Él está diciendo que todos los que quieren vivir piadosamente debe sufrir (1 Pedro 4:1); en el sufrimiento nos unimos a Cristo. Pablo está diciendo que lo que falta es su propia experiencia de los sufrimientos de Cristo en su vida día a día.
Helen Roseveare es una médico británica que trabajó durante muchos años como misionera en Zaire. Durante la revolución de la década de 1960, se enfrentó a menudo a brutales golpizas y otras formas de tortura física. En una ocasión, cuando ella estaba a punto de ser ejecutada, temía que Dios la había abandonado. En ese momento, sintió que el Espíritu Santo le decía: Hace veinte años me pediste el privilegio de ser identificada conmigo. Esto es lo que pediste. ¿No lo quieres? Esto es lo que significa. El privilegio de servir a Cristo a través de sus sufrimientos llenó a la Dra. Roseveare. Después de ser liberada escribió acerca de su experiencia con Dios:
«Él no detuvo los sufrimientos. No detuvo la maldad, la crueldad, la humillación, ni nada. Todo estaba allí. El dolor era igual de malo. El miedo era igual de malo. Pero era totalmente diferente. Era en Jesús, por él y con él» (Philip Ryken, El Mensaje de la Salvación; InterVarsity Press, 2001).
El hecho es que muchas personas se quiebran bajo la presión que los exitosos deben soportar. Si quieres tener éxito, tienes que ser fuerte. Debes estar dispuesto a soportar las críticas. Debes estar dispuesto a trabajar duro. Debes estar dispuesto a dar por encima y más allá del llamado del deber. Debes estar dispuesto a sufrir.
- Lee de nuevo Colosenses 1:15-23
El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque en El fueron creadas todas las cosas, tanto en los cielos como en la tierra, visibles e invisibles; ya sean tronos o dominios o poderes o autoridades; todo ha sido creado por medio de El y para El. Y El es (ha existido) antes de todas las cosas, y en El todas las cosas permanecen. El es también la cabeza del cuerpo que es la iglesia. El es el principio, el primogénito de entre los muertos, a fin de que El tenga en todo la primacía. Porque agradó al Padre que en El habitara toda la plenitud (de la Deidad), y por medio de El reconciliar todas las cosas consigo, habiendo hecho la paz por medio de la sangre de Su cruz, por medio de El, repito, ya sean las que están en la tierra o las que están en los cielos. Y aunque ustedes antes estaban alejados y eran de ánimo hostil, ocupados en malas obras, sin embargo, ahora Dios los ha reconciliado en Cristo en Su cuerpo de carne, mediante Su muerte, a fin de presentarlos santos, sin mancha e irreprensibles delante de El. Esto El hará si en verdad permanecen en la fe bien cimentados y constantes, sin moverse de la esperanza del evangelio que han oído, que fue proclamado a toda la creación debajo del cielo, y del cual yo, Pablo, fui hecho ministro (servidor).
P6 ¿Qué nos dicen estos versículos acerca de Cristo? Nombra tantas cosas como puedas.
Jesucristo en Colosenses 1
Este artículo fue publicado en la Revista Odisea Cristiana No. 49
18 - Una vida facil o una gran vida - Colosenses 1,15 - 2,1.pptx