¿Nuestra opinión política?

Como cristianos puede que nos preguntemos: ¿Si todos los partidos políticos se supone que tienen el propósito de servir y desean lo mejor para los ciudadanos, por qué les cuesta tanto ponerse de acuerdo entre ellos, después de las elecciones, para gobernar? El interminable número de políticos condenados ya, o que están imputados y a la espera de juicio, en la mayoría de los casos por corrupción, tráfico de influencias y malversación de recursos públicos, muestra que también hay otros intereses espurios y no tan éticos ni sociales. Pero por otra parte no nos debería de extrañar, ya que los partidos políticos están formados por seres humanos, y la Palabra de Dios nos dice claramente que no hay ni uno justo: “Así está escrito: No hay un solo justo, ni siquiera uno” (Romanos 3:10).

Aunque en España hablar de política y de religión se está convirtiendo cada día más en una cuestión absolutamente privada, de vez en cuando, especialmente  cuando  llegan  las  elecciones, hay algunos lectores de Verdad y Vida que nos preguntan: ¿Qué opción política nos parece a nosotros mejor para darle el apoyo con el voto?

¿Qué enseña la Comunión Internacional de la Gracia sobre la participación política?

Enseñamos que votar y participar en actividades políticas es un asunto privado y personal que cada ciudadano debe decidir libremente. Como cristianos, y como escribió el apóstol Pablo siendo inspirado por el Espíritu Santo, sabemos que “nuestra ciudadanía está en los cielos” (Filipenses 3:20). Sin embargo, aunque pertenecemos  al  reino  celestial, y  nuestra lealtad está ahí, vivimos aún en este mundo y debemos conducirnos como ciudadanos responsables. Ejercer el derecho al voto es una forma en la que los ciudadanos en países democráticos pueden participar significativamente en sus  responsabilidades cívicas:  “Todos deben someterse a las autoridades públicas, pues no hay autoridad que Dios no haya dispuesto, así que las que existen fueron establecidas por él… Pagad a cada uno lo que le corresponda: si debéis impuestos, pagad los impuestos; si debéis contribuciones, pagad las contribuciones; al que debáis respeto, mostradle respeto; al que debáis honor, rendidle honor” (Romanos 13:1, 7).

[pullquote]Creemos que los cristianos, sin menoscabo de las ideas políticas personales que cada uno legítimamente pueda tener, deben respetar las opiniones y los sentimientos de los demás y, por lo tanto, no deben crear partidismos políticos dentro de la iglesia.[/pullquote]

Aunque el creyente puede decidir libre y personalmente participar o no de una forma activa en la política , sí debe someterse a las autoridades y cumplir con sus deberes como ciudadano. Ni Verdad y Vida, ni nuestra comunión en España, ni la denominación Grace Communion International, de la que formamos parte, participan o apoyan a ningún partido político.

Además, creemos que los cristianos, sin menoscabo de las ideas políticas personales que cada uno legítimamente pueda tener, deben respetar las opiniones y los sentimientos de los demás y, por lo tanto, no deben crear partidismos políticos dentro de la iglesia.

En general, los partidos conservadores parece que están más inclinados a defender el derecho a la vida, incluyendo la del no nacido; pero por otra parte en sus programas se muestran, generalmente, bastantes huérfanos de la defensa de la justicia y los derechos sociales. Y parece que para todos, valores como la verdad, la honradez y el cumplimiento de la palabra dada sean solo un vestigio del pasado.

Como cristianos, y sin importar a quienes hayamos votado, o no, como nuestros representantes políticos, el apóstol Pablo nos da la siguiente instrucción: “Así que recomiendo, ante todo, que se hagan plegarias, oraciones, súplicas  y  acciones  de  gracias  por  todos, especialmente  por  los gobernantes y  por  todas  las  autoridades,  para que tengamos paz y tranquilidad, y llevemos una vida piadosa y digna. Esto es bueno y agradable a Dios nuestro Salvador, pues él quiere que todos sean salvos y lleguen a conocer la verdad.” (1 Timoteo 2:1-4).

Así que como parte de la honra y el respeto que les debemos a nuestras autoridades está el pedir a Dios por ellas, para que tengan sabiduría y empatía por los gobernados y gocemos así de paz y tranquilidad, lo que repercutirá positivamente a la hora de predicar el evangelio. Llamamos a todos los lectores a orar por todos los gobernantes, pidiendo que lleguen a acuerdos que sean beneficiosos para todos los ciudadanos.


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Revista Verdad y Vida | Julio-Agosto 2015:

  1. Dios es fiel
  2. ¿Nuestra opinión política?
  3. Mirando a Dios trabajar en las Filipinas
  4. Dos clases de obra misionera
  5. ¿De qué depende la salvación?

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