Lo que muchos piensan que es inofensivo tiene el potencial de ser muy peligroso.
El peligro inherente en los juegos tradicionales como la tabla Oüija y las cartas del tarot, debería ser obvio al lector. La fuerzas espirituales con las que usted podría ponerse en contacto usando esos dispositivos no son algo para jugar.
Sin embargo, este tipo de juegos están aumentando en popularidad. Vienen en dos formas: los diseñados para ser jugados en un tablero (algunas veces con cartas), y los juegos de video electrónicos. Lo que tienen en común es que los jugadores toman un papel de héroe místico que se embarca en misiones a través de panoramas surrealistas.
Los jugadores, bajo la dirección de un “maestro” asumen papeles y luego tratan de negociar el curso mostrado por el maestro del juego. Algunas veces tienen que cumplir misiones. Muchas veces es sólo supervivencia. Para hacer esto, debe vencer una variedad de oponentes fantásticos por medios brutales y violentos.
Las reglas son complicadas y un juego puede durar horas o aún semanas. Los jugadores se involucran en sus personajes. Esto pone a los jugadores muy cerca de la violencia. Sus personajes son un reflejo de sus propias personalidades y sus vidas de fantasía son “mejores que la vida”. Esto es peligroso, especialmente para aquellos cuyas vidas reales son aburridas y vacías.
Muchos de estos juegos simplemente no son la mejor actividad para la mente humana porque pueden monopolizar el tiempo y los pensamientos del jugador. Si uno está involucrado en la violencia, brujería y el progreso de su personaje virtual, queda poco tiempo para concentrarse en las cosas buenas y puras de Dios (Filipenses 4:8).
La Biblia nos advierte: “No tengan nada que ver con las obras infructuosas de la oscuridad” (Efesios 5:11). Esta advertencia aplica no solamente físicamente sino también a la mente. Cristo dijo que cometer asesinato o violencia en su mente es tan malo como cometerlo de hecho (Mateo 5:21-22).
De acuerdo a declaraciones de los que fabrican tales juegos, entendemos que este tipo de comportamiento obsesivo no es inherente al juego. No obstante, tales elementos podrían ser introducidos dependiendo del carácter moral e inclinación de los jugadores.
Los juegos de video son muy populares. Son divertidos y desarrollan la coordinación del cerebro, el ojo y las manos. Potencialmente son una herramienta educativa poderosa, pero no siempre constructiva.
Al principio parece que son figuras inofensivas moviéndose en la pantalla, pero la mayoría de estos juegos involucran violencia extrema. No queremos sobre reaccionar, pero estos juegos pueden eventualmente ejercer una influencia poderosa y a menudo dominante sobre los jugadores. La Biblia advierte: “Cada uno es esclavo de aquello que lo ha dominado” (2 Pedro 2:19).
Así que sea cuidadoso. Los juegos de mesa o de video en los que usted representa un personaje, pueden tener aspectos positivos, pero también algunos peligros. Tenga cuidado de la naturaleza de un juego antes de involucrarse con él.