La Trinidad no es un problema de matemáticas. La trinidad es la buena noticia de que Dios es amor.
Por lo tanto, al buscar el pulso del universo (si quieres encontrar el latido del corazón de la realidad), ¿qué encontramos? Encontramos amor feroz, apasionado y decidido, que da vida y que fluye entre el Padre Generoso, a su amado Hijo y el Espíritu vivificante.
La vida de estas personas, las relaciones que tienen en común es la fuente de toda verdadera belleza, alegría, bondad, santidad y amor. Pertenecer a este Dios, participar en este círculo de amor divino es la meta de toda existencia, es el sentido de la vida.
– Glen Scrivener
Foto por donarlete