«No te preocupes por nada, sino ora acerca de todo. Dile a Dios lo que necesitas, y dale gracias por todo lo que ha hecho. Si haces esto, experimentarás la paz de Dios, que es mucho más maravillosa de lo que la mente humana puede comprender. Su paz guardará tu corazón y tu mente al vivir en Cristo Jesús» ~Filipenses 4:6-7
¿Cómo dejas de preocuparse, sobre todo si eres una preocupona? Según Pablo, es tan simple como orar acerca de todo y dar gracias a Dios por todo también. La gratitud es lo opuesto de sentirse con derechos o beneficios por los que puedes haber trabajado o no.
Puede ser difícil estar siempre agradecidos, pero podemos aprenderlo como una disciplina espiritual. Puede que tengas que empezar poco a poco, dando gracias a Dios por las pequeñas cosas, como una flor o la sonrisa de alguien. Mientras lo haces, tu músculo «gratitud» crecerá y se hará más fuerte. Compartir tus problemas con Dios y estar agradecido, no sólo a veces, sino todo el tiempo, trae la paz de Dios.
Foto por Cesar Catalan