Acabo de pasar por la desgarradora experiencia de descubrir que una pareja casada, a quienes yo quería y respetaba mucho estaban aparentando en su vida matrimonial. No es fácil de encarar tal realidad. ¡Pensé tanto en la pareja que me puse a llorar!
Sin embargo, humanamente hablando, fui ingenuo al pensar lo contrario respecto a la pareja. Sus antecedentes distaban mucho de ser normales. Una de las partes, había sido el resultado de un matrimonio por conveniencia, mientras que los papás de la otra parte estaban divorciados. No juzgo cuál de los dos antecedentes es más perjudicial, puesto que ambos son muy trágicos.
Esta pareja tiene niños pequeños. ¿Que será de ellos? ¿Qué hicieron ellos para merecer tales problemas? Los niños saben cuando sus papás viven vidas separadas y que ya no duermen juntos. Conforme van creciendo, ellos van entendiendo lo que esto significa.
Los niños también detectan cuando uno de los papás es infiel al otro. Asimismo, ellos sienten una gran culpabilidad cuando los papás permanecen juntos sólo por causa de ellos. Las parejas podrán engañar a otras personas, pero no a sus propios hijos. Ellos saben todo.
…hasta la cuarta generación
En la actualidad, no es de extrañar que muchas personas estén batallando con su matrimonio. Generaciones de infelicidad han plagado a la familia humana. Pasamos tal desdicha de padre a hijo y de madre a hija, (y de padre a hija y de madre a hijo). Alguien tiene que romper este ciclo.
Además, incontables adultos no fueron amados durante su infancia, carecieron de buenos ejemplos a seguir; son hombres y mujeres a quienes no se les enseñó como amar, como consolar, como ayudar eficazmente a otros seres humanos. ¿Y cómo habrían de saberlo? Nunca vieron suficiente amor entre sus propios padres.
Por otra parte, el cambiar tomará mucho esfuerzo si más tarde lo aprenden de una madrastra o de un padrastro, de su cónyuge, o de una lucha continua por obedecer la enseñanza de la Palabra de Dios. Tal como lo declaró Zelda West Meads del Consejo Británico para la Guía Matrimonial: «el riesgo de rompimiento de una relación aumenta con el divorcio múltiple cuando éste ya es un modelo familiar…Tales personas tienen que esforzarse más para poder tener una relación adulta y confiable.»
Dicho de otro modo, cómo se trataban nuestros padres es un factor que tiene que ver con nuestra propia situación. ¿Por lo anterior, qué pueden hacer los papás para ayudar a la felicidad futura de sus hijos? Se resume en pocas palabras: Amarse el uno al otro.
Consejo sólido acerca del amor
La Biblia está llena de consejos acerca de las relaciones. El apóstol Pablo instruyó a los esposos a amar a sus esposas tal como Cristo amó a la iglesia y estuvo dispuesto a morir por ella (Efesios 5:25). Este es el amor de sacrificio, de preocupación y de protección.
No obstante, hay algo más que se requiere de un hombre. Un hombre debe de amar a su esposa como un ser humano por igual, amarla tal como ella es.
Este es el amor de la aceptación y de la tolerancia activa. Él tiene que preocuparse por ella como otro ser humano que es, y no solamente en la manera en que él piensa que ella podría ser o en la manera en que a él le gustaría que ella fuese. Él debe de tener cuidado de ella por la forma en que es ella en sus actividades, sueños y esperanzas, y que no es tan sólo una extensión de él. El mismo principio se aplica a la esposa.
A pesar de todo, aún el amor de sacrificio, preocupación y de protección de un esposo falla en ser lo ideal. Lo que se necesita es un amor especial, individual y altamente enfocado para que cada quien se sienta realmente realizado.
A mi esposa le gusta la jardinería. Desafortunadamente, a mí me desagrada. Mi única participación en ello sería, cuando mucho, el juntar las hojas para hacer abono. Reconozco que mi actitud no ha sido la correcta, pero por ser humanos esto le da a uno el poder para cambiar y mejorar. Debería de esforzarme más por compartir su interés por la jardinería. Puedo mejorar y usted también, cualquiera que sea su caso.
En realidad, pocas parejas están hechas el uno para el otro. Es como el trabajar con piezas de madera. Cuando las uniones no encajan bien, un carpintero las trabaja hasta que encajan.
De igual manera, una pareja casada debe de suavizar las asperezas de su relación. Esto involucra tiempo y mucho trabajo. Uno trata, y si todavía existen asperezas, uno trabaja en ello hasta que desaparecen. Hay que perseverar. Una unión mala no necesita permanecer mala para siempre.
La elección correcta
Para empezar, el lugar ideal para iniciar un buen matrimonio es antes de la ceremonia nupcial. Los antecedentes son muy importantes. Sin embargo, usted tal vez no haya sido tan afortunado(a) de ver un buen ejemplo en sus propios padres. De ser así, usted tiene que esforzarse en tener un buen carácter, ser honesto(a), leal, confiable y ser buen(a) comunicador(a) aún mucho antes de estar casado(a) y continuar con estas cosas dentro del matrimonio. Es demasiado esperar el que todas estas cualidades aparezcan de la noche a la mañana.
También, considere cuidadosamente, después de ser aconsejado(a) por aquellos cercanos a usted y de cuyos matrimonios usted respeta, si esa persona es idónea para uno y si uno lo es para él o ella.
Asimismo, no existe sustituto en cuanto al tiempo que se debe de pasar con esa persona bajo diferentes circunstancias. Las dudas o áreas de preocupación que se deban de tratar, no se van a resolver en una sola cita romántica.
Por otra parte, la comunicación honesta es muy importante. Hablen acerca de sus creencias, su actitud hacia la vida, la manera como se sienten en cuanto a las cosas de la vida rutinaria. ¿Comparten los mismos valores, prioridades, opiniones sobre la familia, y el estilo de vida que quieren? El apurarse hacia el matrimonio sin una cuidadosa previsión, es un enorme riesgo, para algunos no habrá problemas, pero para otros sí.
En un mundo en donde las familias y las comunidades están distanciadas, resulta difícil conocer a la persona idónea. (Recuerde que no necesariamente todos son aptos para el matrimonio o han conocido a la persona idónea. ¡No hay nada erróneo en permanecer soltero(a)!) Lo que es más importante es vivir una vida positiva con un amplio grupo de amigos. Podemos aprovechar lo mejor posible el tiempo de la soltería, llevando nuestros deseos fervientes a Dios, pero sin importunar o ser cargas innecesarias para los demás.
Una vez casados
Una vez casados (ya sea por seis meses o por sesenta años), el desafío es amarse el uno al otro.
Sin embargo, no hay que engañarse. Se ha sabido de algunos que expresan amor verbalmente y al mismo tiempo ¡son infieles! Esta es la cruda realidad de muchos matrimonios modernos. Por ejemplo, en los EE.UU., aproximadamente el 80 por ciento de aquellos que se casan esperan una fidelidad total, pero menos del 40 por ciento la tendrán en realidad. Asimismo, se calcula que son infieles el 60 por ciento de los hombres y el 40 por ciento de las mujeres en las sociedades occidentales. Esta conducta, tan común y a la vez tan destructiva, es un insulto a las mismas palabras y acciones que sirven para expresar el amor.
Si ustedes sinceramente se dan el uno al otro en palabras y en acciones, el amor continuará creciendo. No permitan que su matrimonio ande a la deriva. No se pueden dar el lujo de esperar hasta que uno se sienta «bien» para empezar a actuar.
El amor es un arte. Unas cuantas pinceladas equivocadas, no necesariamente echarán a perder el cuadro. El amor se puede regenerar. Si nunca han visto un ejemplo de esto, están disponibles para ustedes los recursos espirituales. El rey David de Israel decía: «Aunque mi padre y mi madre me abandonen, el Señor me recibirá en sus brazos» (Salmo 27:10). Dios siempre está ahí. El aún está en su trono. El perfecto amor es su naturaleza. El les puede impartir un poco de este amor.
Dones de amor
El apóstol Pedro instruyó a los esposos a ser considerados con sus esposas (1 Pedro 3:7). Para hacer esto apropiadamente, ellos tienen que conocer a sus esposas. «Conocer» es una buena manera de representar lo que los matrimonios deberían de ser. Conocer, entender. El no conocer es cortejar el peligro marital. El conocer se manifiesta a sí mismo de maneras inesperadas. Tal como en el caso de ofrecer un regalo, mientras más se conozca a una persona, más apropiado puede ser el regalo.
Por último, El verdadero beneficio de los dones dados en el matrimonio (directa o indirectamente) no será tan sólo para la pareja sino también para la generación venidera. Si realmente ama a su esposo o a su esposa, si muestra un profundo y apropiado afecto basado en el conocimiento personal íntimo, sus hijos también serán inculcados de una felicidad que sería difícil de adquirir de alguna otra manera. Así pues, rompan el ciclo. Traigan el amor a su matrimonio. Trabajen en ello. ¡Háganlo por ustedes -y por sus hijos!