Cuarto Martes de Adviento – 20 de diciembre 2011
Pero sus siervos se le acercaron y le dijeron: “Padre mío, si el profeta le hubiera dicho que hiciera alguna gran cosa, ¿no la hubiera hecho? ¡Cuánto más cuando le dice a usted: ‘Lávese, y quedará limpio’!” 2 Reyes5:13
Naamán le dice a Eliseo que se lavara siete veces en el Jordán para ser sanado de su lepra. Él es avergonzado por sus sirvientes para seguir la orden sencilla y humilde, y se cura.
Tómate el tiempo hoy… para considerar la sanación de Dios en tu vida. ¿De qué te ha sanado? ¿Cómo te sanó?
Enciende una luz… y agradece a Dios. Soy rescatado, sanado, restaurado y perdonado, ¿no debería cantar sus alabanzas?
Haz el tiempo hoy… para desenvolver el regalo de la sanación. Ofrece a alguien un regalo de perdón, de amor, de restauración y de sanación.