Sin duda, muchos de nosotros recordamos el discurso “Hable con Color” del Club de Oratoria. Su objetivo era «hacer un dibujo con palabras tan claras y coloridas que unas pocas frases bien elegidas grabarán su punto clave en la mente de sus oyentes. Dele vida a su tema”.
Warren Wiersbe aborda esta necesidad de Predicar y enseñar con imaginación. Cuando escuchamos la palabra «imaginación» nuestros pensamientos pueden correr hacia lo imaginario o de fantasía, algo que es irreal. Sin embargo, eso no es lo que defiende Wiersbe. Su argumento es que los predicadores y los maestros deben utilizar un lenguaje que ayude a sus oyentes a ver (imaginar) lo que el orador está diciendo, trayéndolo a la vida. Por ejemplo, lee el Salmo 23, donde el escritor utiliza imágenes para ayudarnos a ver lo que él está diciendo.
Otro ejemplo se encuentra en 2 Samuel 17. Allí dos personas utilizaron dos enfoques diferentes para tratar de influir en la decisión de Absalón por su padre David, que había escapado al desierto. Lea las historias en 2 Samuel 17:1-3 y 2 Samuel 17:7-13 e identifique los diferentes enfoques. La segunda persona, que incorpora el uso de la imaginación, influencia a Absalón a ir en contra de su consejero de confianza, tomar el consejo del aliado de David y perdonar la vida de David.
CS Lewis lo dijo muy bien:
«Para mí, la razón es el órgano natural de la verdad, pero la imaginación es el órgano del significado. La imaginación, la producción de nuevas metáforas o la revivificación de lo antiguo, no es la causa de la verdad, pero sí su condición». ◊
George Hart