Paulina de Barrero
Bogotá Colombia
Proverbios 25 11 dice:”Las palabras en el momento oportuno son como manzanas de oro incrustadas en plata”
Las buenas palabras en el momento oportuno fortalecen las relaciones y las familias.
Las expresiones de afecto y aprecio son siempre bien recibidas, muy necesarias pero también muy escasas en nuestro tiempo. La falta de palabras de ánimo y de afirmación son notorias, eso significa que aquellos que afirman o animan a los demás son raros, son personas que no se encuentran fácilmente.
La actriz Celeste Holm dijo : “vivimos debido a las palabras de ánimo y morimos lenta, triste y airadamente sin ellas” Es verdad, ¿Cuántas de nosotras, nuestros esposos o hijos están muriendo lenta, triste y airadamente al no recibir palabras de ánimo ni de afirmación?
Pensemos por un momento cuántas palabras de afecto, de ánimo, de consuelo hemos expresado últimamente.
¿Le hemos dicho a la persona más cercana a nosotras; nuestro esposo, que lo amamos que lo admiramos que nos agrada verlo vestido con ese traje que le queda tan bien? ¿Le hemos dicho a nuestros hijos que los amamos, que son importantes para nosotras y que deseamos lo mejor para ellos? ¿Les hemos dicho que nos encanta lo felices que son, que nos gusta verlos jugar porque nos recuerdan nuestra niñez?
En el trabajo ¿le hemos expresado a nuestras compañeras agradecimiento por su amistad, por su paciencia, por escucharnos cuando lo necesitamos, Por estar con nosotras en los momentos difíciles?
Es increíble pero el afán de la vida y las múltiples ocupaciones en las que todas andamos nos han quitado el ánimo para expresar las buenas cosas a los demás. Nosotras mismas estamos necesitadas de afecto, de palabras de ánimo. Entonces ¿Cómo dar de aquello que no tengo o que nunca me enseñaron? La mejor manera es aprender a ver lo bueno en los demás, no centrarse tanto en uno mismo, en el pasado, en nuestras necesidades. No dejemos que las circunstancias nos quiten la belleza a nosotras las mujeres de ser expresivas. De alentar en todo tiempo, de animar, de estimular a las buenas obras como nos dice Dios en su Palabra.
Si sabe o ve a alguien que tiene una virtud especial, manifiéstelo, dígaselo con alegría. Al ser usted así hará feliz a los que estén a su alrededor y además usted será feliz porque la Biblia dice: “Más bienaventurado es dar que recibir”. Dé bendición y recibirá bendición.
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