Segundo Viernes de adviento – 9 de diciembre 2011
No tenga a su sierva por mujer indigna. Hasta ahora he estado orando a causa de mi gran congoja y aflicción. 1 Samuel 1:16
Ana explica al profeta Elías que no está borracha, sino orando con desesperación. Ella clama a Dios desde el fondo de su corazón, por el regalo de un niño y el final a la burla de Penina, la otra mujer de su marido.
Tómate el tiempo hoy… para hablar con Dios desde el fondo de tu corazón. ¿Qué es lo que quieres decirle?
Enciende una luz… y ora por los que claman a Dios con un gran dolor. Desenvuelve el regalo de la oración en desesperación – que es una especie de confianza.
Haz tiempo hoy… para acompañar a otra persona en necesidad o dolor. Escucha, no salgas corriendo y no te apresures con una solución rápida.