Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro. Romanos 8:38,39
Al final, todo vuelve a y todo va hacia, el amor de Dios. Es nuestra fundación, nuestra vida y nuestra esperanza. Una esperanza segura y cierta.
- Tómate el tiempo hoy… para reflexionar sobre el hecho que nada nos separará del amor de Dios.
- Transforma tu vida… agradece a Dios porque nada puede separarte a ti y a nadie de su amor.
- Haz un tiempo hoy… para la fe, el amor y, sobre todo hoy, para la esperanza.