Actualmente estoy asistiendo a clases de cerámica en el Centro Nacional de Artes de El Salvador, me ha movido el escribirles por la experiencia que nuestra hermana Tammy tuvo en el torno y con quien comparto ese sentimiento.
Me llevé una gran impresión cuando vimos otra área de la cerámica llamada terracota (cerámica escultórica) donde el barro es preparado con un porcentaje de otros elementos que le dan elasticidad y suavidad para realizar la escultura deseada, tengo dos compañeras más con las que llevamos el mismo nivel de aprendizaje, mi sorpresa fue que al preparar el barro, las tres usamos exactamente la misma cantidad de elementos, las tres amasamos el barro durante 15 minutos para lograr una mejor consistencia, (como lo dijo la hermana Tammy el amasar el barro es importante, para que salgan las burbujas de aire y no estalle la obra cuando se meta al horno) es muy cansado amasar 20 libras de barro durante 15 minutos.
Cuando terminé de amasar empecé a golpear mi barro contra la mesa para compactarlo y luego le estuve dando golpes con un rodillo de madera para lograr el cilindro que buscaba obtener, mis compañeras no lo hicieron así, ellas solo unificaron su barro en un cilindro; la sorpresa de todas fue que mi peña de barro era mucho más pequeña y la de ellas fue más del doble que la mía, pero superó mi sorpresa el hecho que conforme hacíamos la escultura, dándole forma con nuestras manos como si fuese plastilina, sin usar herramientas.
A mis dos compañeras se les desmoronaba la peña de barro, el profesor trato de enderezarlo con una vara de hierro pero no funcionaba conforme seguían trabajando se caía o simplemente se doblaba, mientras, mis compañeras se molestaban porque en el mismo proceso mi escultura estaba firme, no se tambalea ni se desmoronaba, con más esfuerzo en el proceso lograron obtener su pieza, luego fueron horneadas. A una de ellas le estalló la pieza porque quedo una burbuja de aire en la cabeza y a mi otra compañera se le rajo de la base, mi obra no sufrió ningún daño, quedó muy bien y se logro esculpir en muy poco tiempo y no tuvo problemas cuando fue horneada.
Esto me llevó a la reflexión de como a veces nos sentimos tan golpeados, tan maltratados con tantas pruebas, y que nos caen una tras otra. No hemos salido de un problema cuando ya tenemos dos más, lo bueno a recordar es que por cada prueba superada es una debilidad fortalecida, es que gracias a la fuerza que Dios nos provee podemos soportar y superar las dificultades que tenemos.
Nuestra Iglesia ha tenido pruebas, déficit económico, retirada de gran parte de los miembros, pero al mismo tiempo Dios nos ha dado la fuerza para superar cada problema, en cada congregación los problemas son diferentes y parecidos, pero las congregaciones siguen existiendo, unas crecen mas rápido que otras.
La congregación en El Salvador es pequeña, de 13 miembros constantes, pero es muy compacta, estamos unidos como una gran familia, que nos ayudamos y preocupamos los unos por los otros, el dolor de uno es el dolor del otro y así también la alegría.
Dios está cargo de la obra que ha iniciado, cada miembro, cada congregación, cada iglesia esta siendo moldeada para obtener una obra perfecta, que no se dobla, que no se cae, sino que es firme y dispuesta para que nuestro obrador Dios, se deleite y se sienta honrado con nuestra existencia.
Me satisface el ver cada una de mis obras, siento que Dios debe sentirse gozoso del que nos mantenemos en oración, del tratar de superar los problemas y que reconocemos que el Señor Jesucristo es nuestro Salvador, y que gracias a Él recibimos el Espíritu Santo, por quien siempre estamos unidos en Él. Todas nuestras pruebas y debilidades son superadas gracias a la fuerza que obtenemos por la gracia de nuestro Redentor.
Cada uno de nosotros somos una peña de barro que esta siendo esculpida por Dios, para que lleguemos a su presencia sin manchas y perfectos.