Cuando tomamos la Comunión participamos en la muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo, quien derramó su sangre en la cruz y resucitó de entre los muertos para que nuestra naturaleza pecaminosa pudiera morir en su muerte y resucitar a santidad y vida eterna en su resurrección. Al celebrarla, partimos el pan y tomamos de la copa en recuerdo de y en comunión con nuestro Salvador, proclamando su muerte hasta su regreso a esta tierra.
Todos aquellos que creen que Jesús es el Hijo de Dios, incluyendo a los niños que cuentan con la aprobación de sus padres, pueden participar en el servicio de la Comunión.
1. ¿Quién puede dirigir la Comunión?
Este servicio debe ser conducido por el pastor o por ministros ordenados. Sin embargo, un pastor, en acuerdo con otros líderes de la congregación, puede asignar a otros individuos en la iglesia para que dirijan la Comunión cuando el pastor o los ministros no estén presentes para hacerlo.
2. El Ministerio de la Palabra
Se puede leer un pasaje de las Escrituras. Sugerimos los siguientes textos:
Salmo 22-24
Isaías 25:6-9
Mateo 26:26-30
Lucas 22:7-20
Juan 6:47-58
Juan 15:1-5
1 Corintios 11:23-26
Apocalipsis 19:6-9
3. El Ministerio del Pan y la Copa
El pan preparado para la Comunión debe ser de buena calidad. Puede ser pan con o sin levadura. Cuando sea práctico, el pan puede ser horneado especialmente para éste propósito. Puede ser servido en piezas enteras, partidas, o en pedazos pequeños
Tome una pieza de pan y diga:
Jesús tomó pan y dijo: “Este es mi cuerpo, el cual es dado por ustedes. Hagan esto en memoria mía.”
El vino usado para la Comunión debe ser vino tinto de media a alta calidad. Debe proveerse vino no alcohólico o jugo de uva para los menores de edad y para aquellos que prefieren no beber alcohol. Los portacopas deben estar etiquetados para que los participantes sepan cuales copas contienen vino y cuáles contienen jugo de uva.
Tome la copa y diga:
Jesús tomó el vino y dijo: “Esta copa es el Nuevo Pacto en mi sangre, la cual es derramada por ustedes.”
Estas frases de institución están tomadas de las palabras de Jesús durante la Última Cena y se encuentran en Lucas 22:17-20.
La respuesta de la congregación (opcional)
El líder dirá: “En esta mesa proclamamos el misterio de nuestra fe.”
(En el sentido bíblico, un “misterio” es algo que nuestros sentidos naturales no pueden descubrir, pero que el Padre nos ha revelado por el Espíritu Santo por medio de su Hijo Jesucristo. La Comunión es un misterio para nosotros en el sentido de que el pan y el vino son nuestra participación en la muerte y la resurrección de Jesucristo.)
La congregación responderá, al unísono: “Morimos en Cristo, resucitamos en Cristo, y cuando regrese compartiremos su gloria.”
Estas palabras, tomadas de Colosenses 3:1-4, proclaman tal misterio: una realidad espiritual no discernible por medio de nuestros cinco sentidos físicos. Participamos en este misterio cuando tomamos el pan y el vino como el cuerpo y la sangre de Cristo.
La Oración de Acción de Gracias y la Bendición.
Oración modelo:
Padre, te damos gracias por esta copa y este vino, el cual representa nuestra participación en el cuerpo y la sangre de Cristo. Unido con nosotros en nuestra humanidad, Cristo, en amor y gracia eterna, nos ha hecho parte de su vida la cual comparte contigo y con el Espíritu Santo. Ayúdanos a conocer y a creer en la comunión que tenemos contigo y que tenemos los unos con los otros. Todo lo que oramos lo hacemos por medio de la intercesión del Hijo y del Espíritu, dando honor a ti, Padre nuestro, Señor Jesucristo y Espíritu Santo, para siempre. Amén.
Esta oración puede ser modificada para incluir temas apropiados para la temporada, como explicaremos en seguida.
La distribución
Separe una pieza de pan y una copa de vino o jugo de uva para usted y úsela con las palabras de institución.
Sugerimos que en la mayoría de los casos, todos se sirvan y en seguida coman el pan y beban la copa simultáneamente como un Cuerpo. Distribuya el pan y la copa a todos los que estén presentes.
Variantes: la forma de distribución del pan y el vino puede variar según la ocasión o el tamaño del grupo:
- El pan y el vino pueden ser llevados en bandejas y distribuidos en el salón.
- Los participantes pueden formar una fila y pasar al frente a recibir el pan y el vino.
- Pueden usarse copitas individuales o una sola copa.
- Pueden usarse piezas individuales de pan o un solo pan y los participantes cortan su porción.
- Al usarse una sola copa, los participantes pueden mojar su porción de pan sumergiéndolo en el vino.
La participación
Cuando todos se hayan servido, levante su pieza de pan. Este acto opcional representa a Jesús “siendo levantado” en la cruz para la salvación de toda la humanidad (vea Juan 12:32-33).
Diga: El Cuerpo de Cristo, el Pan del Cielo.
Luego los participantes comen el pan.
En seguida levante su copa y diga: La Sangre de Cristo, la Copa de Salvación.
Luego los participantes beben de la copa.
Variantes: En el caso que los participantes pasen al frente, al momento de entregarle el pan usted dice: El cuerpo de Cristo. Al entregarle el vino usted dice: La sangre de Cristo. El participante puede en este caso comer y beber inmediatamente.
4. Oración de Acción de Gracias
Oración Modelo:
Padre Nuestro, en el nombre de Jesús te damos gracias por adoptarnos como tus propios hijos en tu Hijo Jesucristo, por bautizarnos en tu Espíritu Santo, y por abrir nuestros ojos a la luz de quien tú eres y de quienes nos has hecho en Cristo, en cuyo nombre oramos. Amén.
Puede cantarse un cántico final, seguido por una palabra final de bendición.
5. Conmemoración Anual de la Última Cena
Las congregaciones de Comunión Internacional de la Gracia deben ofrecer la Comunión por lo menos una vez durante Semana Santa, la semana antes del Domingo de Resurrección. Para la mayoría de congregaciones, esta celebración puede llevarse a cabo además de la observación trimestral, mensual o semanal de la Comunión. Esta conmemoración puede observarse la noche del Jueves Santo, durante otra noche, o durante el culto semanal de adoración.
La conmemoración anual de la Cena del Señor debe ser bien planeada para que sea un evento significativo de reflexión espiritual, compañerismo, alabanza y adoración. Los cantos gozosos, música, historias, representaciones dramáticas y lectura de las escrituras son formas inspiradoras de ilustrar la salvación por medio de la gracia de nuestro Señor Jesucristo.
La ceremonia de lavado de pies
El ejemplo de Jesús en Juan 13:14-17, en el cual él desempeñó una acción que era relevante a su cultura, ilustra que todos somos siervos los unos de los otros. Una ceremonia de lavado de pies puede ser incluida en el servicio de la Comunión durante la Semana Santa.
Cuando se incluya una ceremonia de lavado de pies, la participación individual en tal ceremonia es opcional. Es normalmente llevada a cabo antes de tomar del pan y la copa.
Si se incluye un servicio de lavado de pies, debe proveerse de lebrillos y agua. Los participantes generalmente traen sus propias toallas, aunque recomendamos tener toallas extra disponibles. Se puede tener gel antibacterial disponible para que los participantes la usen después del servicio de lavado de pies.
Cada persona lava los pies de otra quien a su vez en seguida le lava los pies a la primera. Los hombres deben lavar los pies de otro hombre y las mujeres los pies de otra mujer, excepto cuando una pareja casada quiera lavarse los pies mutuamente.
6. Oraciones modelo para la Comunión basadas en las celebraciones del Calendario Anual de Adoración
Incluimos oraciones modelo correspondientes a algunas fechas del calendario anual de adoración. Nuestro propósito es ayudar a las congregaciones a reflexionar sobre el significado de la Comunión en el contexto de la temporada. Usted puede consultar un leccionario cristiano para conocer las fechas adicionales y sus temas correspondientes. Estas oraciones también son útiles para las congregaciones que celebran la Comunión menos frecuentemente, ya que pueden ayudarlas a enfocar la celebración de la Comunión en el significado de lo que Cristo es para nosotros y lo que el Padre ha hecho que seamos en Cristo. Estos son solamente ejemplos; siéntase libre de adaptarlos con vocabulario apropiado de acuerdo a su estilo personal de orador.
Para la Temporada de Adviento:
Padre, te agradecemos por haber preparado al pueblo de Israel para que fuera el vientre de la Encarnación.
Te agradecemos por este pan y esta copa, por medio de los cuales participamos espiritualmente en la vida de tu Hijo Jesucristo, quien verdaderamente vino en la carne y sangre humana como el Hijo de David y el heredero de Abraham. Ayúdanos a conocer y a participar en la adopción como hijos que somos en Él y en la esperanza que su venida trae a este mundo, en la medida que el Espíritu nos da entendimiento. Oramos todas estas cosas cosas en su nombre, para siempre dando honor a ti, Padre nuestro, Señor Jesucristo, y Espíritu Santo. Amén.
Para Navidad:
Padre, te agradecemos por haber enviado a tu Hijo a convertirse en uno de nosotros en nuestra carne y sangre. Tu hijo, quien era rico en su divinidad, se hizo pobre en nuestra humanidad, para que nosotros fuéramos ricos en Ti (2 Corintios 8:9). Él nos ha unido a tu vida y ha bautizado a la humanidad en el Espíritu Santo. Ayúdanos a vivir en tu adopción como tus hijos. Gracias por el nacer de nuevo a la nueva vida que tenemos en Jesús. Oramos todas las cosas en tu nombre, dándoles honor a Ti, a tu Hijo, y al Espíritu Santo para siempre. Amén.
Para la Semana Santa:
Padre, te agradecemos por la dádiva de tu Hijo, Jesucristo, quien murió nuestra muerte en lugar nuestro y destruyó al pecado y a la muerte. Tomamos de este pan y esta copa como nuestra participación en su carne y sangre crucificada, dando gloria a Jesús, por el poder de su victoria en la cruz. Ayúdanos a conocer y a creer en la adopción como hijos que somos en Él y en la victoria de su cruz en lugar nuestro, dándote honor, Padre, Hijo, y Espíritu Santo, para siempre. Amén.
Para el Domingo de Resurrección:
Padre, te agradecemos el habernos resucitado para vida eterna en la resurrección del cuerpo de Jesús. Te agradecemos la dádiva de este pan y esta copa, por la cual participamos espiritualmente en la muerte y en la resurrección de Jesucristo. Ayúdanos a conocer y a creer en nuestra adopción como hijos tuyos en el cuerpo glorificado de la resurrección que es nuestra en Jesús, en la medida que el Espíritu nos da entendimiento. Oramos todas estas cosas en su nombre, dándoles honor a Ti, a tu Hijo, y al Espíritu Santo, para siempre. Amén.
Para el Domingo de Ascensión (El domingo antes de Pentecostés):
Padre, te agradecemos por levantarnos a tu mano derecha y sentarnos en los reinos celestiales junto Ti en tu Hijo Jesucristo. Te agradecemos por este pan y esta copa, nuestra participación espiritual en nuestra adopción en la comunión celestial de tu vida. Ayúdanos a conocer y a creer en la adopción como hijos que somos en Jesús y a conocer el lugar que tú has hecho para nosotros en los cielos, en la medida que el Espíritu nos da entendimiento. Oramos todas las cosas en su nombre, dándoles honor a Ti, a tu Hijo, y al Espíritu Santo para siempre. Amén.
Para el Domingo de Pentecostés:
Padre, te agradecemos el haber derramado a tu santo Espíritu en toda la humanidad por medio de tu Hijo Jesucristo. Te agradecemos el don de este pan y esta copa, nuestra participación espiritual en la vida de nuestro Salvador, sabiendo que no nos has abandonado sino que Tú y nuestro Señor y Salvador Jesucristo han hecho su morada con nosotros por medio de la promesa del Consolador quien nos da valentía y nos guía a toda verdad. Oramos todas estas cosas en el nombre de Jesús, dándoles honor a Ti, a tu Hijo, y al Espíritu Santo para siempre. Amén.
Bendición modelo:
Que la gracia del Señor Jesucristo, el amor del Padre, y la comunión del Espíritu Santo esté con todos ustedes. Amén.