La reencarnación es la creencia de que después de la muerte, la identidad o “alma” de la persona pasa a residir en otro cuerpo que nace, ya sea humano, animal, insecto o aún una planta, hasta que la muerte haga que el “alma” vuelva a migrar. La creencia en la reencarnación es muy antigua. Los antiguos egipcios creían que era posible , para unos pocos privilegiados, escoger que forma de vida deseaban para residir después de la muerte.
Platón enseñó la migración de un número fijo de almas. Pitágoras, otro filósofo y matemático griego, aseguraba que en sus vidas pasadas había sido un guerrero troyano, un profeta quemado hasta la muerte, un paje, la esposa de un mercader y una prostituta fenícia.
El concepto de reencarnación lleva consigo la esperanza de una mejor vida (o vidas) en el futuro. Es una idea popular en la religión oriental. Pero también la creen muchos en el occidente. Una personalidad famosa creía que era la reina Hatshepsut (explicando que desde la niñez había sentido un enlace con eEgipto y dibujaba camellos y pirámides cuando tenía tres años de edad). Un músico famoso atribuye su talento musical a una vida anterior como el compositor Stephen Foster. Un actor norteamericano cree que fue un vaquero en el oeste. Una actriz piensa que fue una cristiana que fue dada como alimento a los leones en la antigua Roma.
Algunas de las historias de aquellos que aseguran ser reencarnados, sugieren pregun–tas que no se pueden contestar adecuadamente. Hay casos como el de Dolores Jay, una ama de casa en Virginia, EEUU, que aseguraba haber sido asesinada en Alemania hace 100 años y que bajo hipnosis, pudo hablar alemán aunque nunca antes había oído a alguien hablar en alemán. Hay muchas otras historias de existencias previas que han sido “recordadas” bajo hipnosis.
Una de las personas más prominentes en examinar seriamente la reencarnación es el Dr. Ian Stevenson de la Escuela de Medicina de la Universidad de Virginia, EEUU. Por casi tres décadas ha estado explorando este tema objetivamente. Él tiene archivos con reportes de más de 2000 individuos que ha investigado y que aseguran haber vivido vidas previas. Hay muchos casos en que los individuos aparentemente pueden recordar detalles de circunstancias y ubicaciones donde nunca han estado en la vida presente.
Para algunas personas, la creencia en la reencarnación parece ofrecer solución a sus problemas o inquietudes. Pero, ¿existe la reencarnación? ¿Ha vivido usted antes? ¿Vivirá usted de nuevo? La Biblia es clara en este tema. Nos dice que “está establecido que los seres humanos mueran una sola vez, y después venga el juicio” (Hebreos 9:27). No tenemos 10, 100 o 1,000 oportunidades de morir y volver a vivir. Sólo una.
Dios creó a los seres humanos del polvo de la tierra “y el hombre se convirtió en un ser viviente” (Génesis 2:7). Y Dios dijo al hombre “Porque polvo eres, y al polvo volverás” (Génesis 3:19). “El alma que pecare morirá” dice Ezequiel 18:4 y 20 (RV60). No dice que vivirá y residirá en otro cuerpo.
¿Que podemos decir de los casos donde las personas aseguran (muchas veces bajo hipnosis) recordar vidas pasadas y dan detalles que inexplicablemente encajan con los datos históricos? Después de que se ha examinado el fraude, la coincidencia y los errores honestos, quedan casos que desafían la explicación física o sicológica normal. Aquí es donde entra en escena la percepción extrasensorial. La percepción extrasensorial en este contexto significa información que es percibida de fuentes más allá del mundo físico. ¿Cuáles son esas fuentes?
Aunque la Biblia muestra que los seres humanos no reencarnan, también muestra que los demonios han estado en la tierra desde antes que los seres humanos. Ellos recuerdan lo que sucedió en el pasado. Cuando la mente de una persona se vuelve receptiva a la sugestión, como puede ocurrir bajo hipnosis, es posible que un espíritu, a través de la persona, recite información verificable históricamente.
Así que la Biblia rechaza el concepto de la reencarnación. Las recompensas y castigos por los eventos de esta vida, no se dan en un ciclo sin fin de nuevas vidas, sino en un juicio final.