NECROMANCIA: Consultar a los muertos o a un espíritu para obtener conocimientos secretos. Esto se hace usualmente a través de un médium o canal que contacta al espíritu.
RABDOMANCIA: La interpretación de la posición de varas o flechas con el propósito de adivinar.
AEROMANCIA: Adivinación por el aire y el cielo. El viento, la forma de las nubes y otras formaciones en el aire son estudiadas como señales de eventos futuros.
ASTRAGALOMANCIA: Adivinación usando dados, huesos, piedras o pequeñas piezas de madera con símbolos o letras. El adivinador hace una pregunta e interpreta la respuesta basado en como cae el objeto a la tierra o qué letras o símbolos quedan hacia arriba.
QUIROMANCIA: El estudio de la mano y las líneas de la palma de la mano para determinar el carácter y predecir el futuro.
PIROMANCIA: Adivinación por medio del fuego. Hojas, ramitas o incienso son tirados al fuego y el cambio de color, forma e intensidad de las llamas son interpretados.
TESEOGRAFÍA: Adivinación leyendo las hojas de te. El sedimento de una taza de te es movido dentro de la taza, luego la taza es volteada en un plato. El vidente interpreta las formas de las hojas que quedan dentro de la taza.
CARTOMANCIA: Adivinación con cartas. Las cartas del tarot son las más comúnmente usadas.
NUMEROLOGÍA: Adivinación con números. Los numerólogos le dan valor numérico a las letras del alfabeto y analizan los nombres por su significado numérico. Se dice que el carácter y el futuro de una persona puede así ser determinado.
BIBLIOMANCIA: Adivinación por medio de un libro. Un libro (se usan frecuentemente la Biblia y el Corán) se abre al azar y la persona apunta a una línea mientras tiene los ojos cerrados. Se cree que el texto escogido al azar lleva un mensaje y significado.