El Turno de Tammy | Por Tammy Tkach | ||
“¡El Salvador, sí, el Mesías, el Señor, les ha nacido hoy en Belén, la ciudad de David!” (Lucas 2:11)
La esperanza es una de las tres cosas que durarán para siempre (1 Corintios 13:13). La gente ha sobrevivido a muchas situaciones horribles, aferrándose a la esperanza, aunque sea pequeña o débil. Durante miles de años, la esperanza de un Salvador mantuvo a los hebreos y luego a los israelitas. Ellos nunca renunciaron a esa esperanza, no importa cuántas generaciones pasaran o qué penurias tuvieron que soportar.
Jesús fue la esperanza que cobró vida, no sólo para los judíos, sino para toda la humanidad. El nacimiento de un bebé diminuto envuelto en pañales le dio rostro a la esperanza, con carne que puede ser tocada, ojos para mirarse y una sonrisa para iluminar la oscuridad. Este mes celebramos la llegada del Libertador, Redentor, Salvador y Rey Ungido, el Dios con nosotros, la esperanza de todos y la estrella brillante de nuestros corazones. Feliz Navidad y que Dios los bendiga con su amor y su paz.