Tercer Martes de Adviento – 13 de diciembre 2011
«Pero el Señor dijo a Samuel: No mires a su apariencia … porque el Señor no mira como los mortales ven, ellos ven la apariencia externa, pero el Señor mira el corazón». 1 Samuel 16:7
David, el hermano último y menor es ungido por Samuel como rey por su carácter interior, su integridad y su fuerza. El desafío de hoy es ver como Dios ve.
Tómate tiempo hoy… para considerar en tu propia vida ¿cómo coinciden las apariencias externas y las realidades internas?
Enciende una luz… pide a Dios que te ayude a desenvolver el regalo de la integridad en tu vida, una paz interior y bondad que da forma a todo lo que somos y hacemos.
Haz tiempo hoy… para ver en tus relaciones con otras personas, no la apariencia externa, sino la persona real.