Estudio de Biblia
Un estudio de Hebreos 11:1-7
Por Michael Morrison
Hebreos 11 es llamado a menudo el capítulo de la fe. Nos dice cómo varias personas respondieron con fe a lo que Dios les dijo. Pero éstas historias no son dichas como una trivia histórica—ellas nos animan también a tener fe en nuestras situaciones.
Una introducción a la fe
La epístola a los Hebreos acababa de decir a los lectores que Dios quiere que Su pueblo «viva por la fe» (10:38). Él quiere que ellos perseveren, hagan la voluntad de Dios y reciban lo prometido (v. 36). Los cristianos son personas «que tienen fe y preservan la vida» (v. 39).
El capítulo 11 entonces describe cómo es la fe: Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve(11:1). Los oradores antiguos algunas veces daban una breve definición de una palabra de la cual querían hablar. Ésta no es una definición completa, pero subraya una característica de la fe.
Los comentaristas argumentan bastante acerca del significado preciso de las palabras griegas usadas aquí: ¿es la fe un sentimiento de tener una garantía (como la NVI traduce), o es la «sustancia» (RVR) de nuestra esperanza? Estos debates a menudo no aciertan al punto—el autor no está tratando de definir la fe, sino de describir uno de los resultados que ella tiene en nuestras vidas. Su punto es que la fe significa creer y actuar sobre algo que no podemos ver. Ésta es la cualidad de la fe que el autor especialmente quiere que los lectores imiten.
Gracias a ella fueron aprobados los antiguos (v. 2). El elemento de la fe es un hilo que corre a lo largo de la historia del pueblo de Dios, y el autor también lo trae al día presente al añadir, por la fe entendemos que el universo fue formado por la palabra de Dios, de modo que lo visible no provino de lo que se ve (v. 3, refiriéndose a Génesis 1:3 y Salmo 33:6).
Desde el mismo principio hasta el momento presente, se necesita la fe. La creación misma muestra que sólo porque algo no puede ser visto, no significa que no ocurrirá. El autor no dice que Dios hizo todo procedente de la nada—él sólo dice que Dios hizo lo visible procedente de lo invisible; ese es el contraste que él quiere hacer. Nuestro futuro no se basa en lo que vemos hoy, sino que se basa en alguien que no vemos: Dios.
Abel y Enoc
Con esa breve introducción, el autor empieza a dar ejemplos: Por la fe Abel ofreció a Dios un sacrificio más aceptable que el de Caín, por lo cual recibió testimonio de ser justo, pues Dios aceptó su ofrenda. Y por la fe Abel, a pesar de estar muerto, habla todavía (Heb. 11:4).
Génesis 4, de hecho, nos dice muy poco acerca de Abel: él trajo una ofrenda, y Dios lo miró con favor (Gén. 4:4). No nos dice porqué su ofrenda fue mejor que la de Caín (en el antiguo Israel, el grano era una ofrenda tan legítima como lo era una oveja), y no dice nada acerca de la fe. Sin embargo, el autor de Hebreos asume que si Dios estaba complacido, entonces Abel debió haber tenido fe.
El siguiente ejemplo es Enoc: por la fe Enoc fue sacado de éste mundo sin experimentar la muerte; no fue hallado porque Dios se lo llevó, pero antes de ser llevado recibió testimonio de haber agradado a Dios (Heb. 11:5, citando Gén. 5:24).
Otra vez, Génesis dice poco acerca de Enoc, pero las leyendas judías decían que él fue llevado al cielo, y esto se refleja en los comentarios del autor —que Enoc no murió. Dios se lo llevó porque «caminó con Dios», lo cual nuestro autor toma como evidencia de que él tenía fe. No sabemos exactamente lo que él creyó, o lo que hizo.
Los lectores probablemente no necesitan ninguna prueba de que Enoc tenía fe, porque ya sabían que Enoc era uno de los “chicos buenos”. El autor no está tratando aquí de defender su caso con lógica — está pintando un cuadro, presentando a la fe, no como una cosa extraña, sino como algo normal para el pueblo de Dios.
La obediencia es la evidencia de la fe, y ambas se necesitan.
Los lectores ya saben que la fe es buena, pero el autor está usando su habilidad como orador para construir emociones positivas hacia la fe, cuando los lectores posiblemente ya encaraban consecuencias desagradables por tener fe en Jesucristo. Para Abel, la fe significó una muerte temprana; para Enoc significó lo opuesto. De cualquier manera, el pueblo de Dios necesita fe.
Después de estos dos ejemplos introductorios, el autor establece la lección que quiere realzar: En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que Él existe y que recompensa a quienes lo buscan (Heb. 11:6).
En éste pequeño credo, el autor nos recuerda que Dios recompensa a los fieles —aquellos que lo buscan. Aunque no podemos verlo, tenemos evidencia de que Él existe. En adición a las recompensas sobrenaturales, la fe tiene recompensas naturales aquí y ahora: La fe se siente mejor que el miedo.
Noé
El autor enfatiza más su punto al empezar cada oración con «por la fe»: por la fe Noé, advertido sobre cosas que aún no se veían, con temor reverente construyó un arca para salvar a su familia. Por esa fe condenó al mundo y llegó a ser heredero de la justicia que viene por la fe (v. 7). Sobre Noé, el autor tiene más información bíblica: Dios advirtió a Noé sobre el diluvio, le dijo que construyera un arca, y Noé obedeció y se salvó a sí mismo y a su familia (Génesis 6-9).
Noé realmente no condenó al mundo (Dios hizo eso, en base al comportamiento de ellos), pero el fiel ejemplo de él hizo obvio cuán mal y sin esperanza había llegado a estar el mundo—nadie se arrepintió incluso después 120 años de advertencia. Y por su fe Noé vino a ser un heredero de la justicia — es la primera persona en la Biblia que es llamada justa (Gén. 7:1). Como más tarde se diría de Abraham, «creyó y fue reconocido como justo» (Gen. 15:6). Él fue considerado justo ante Dios porque fue fiel.
La palabra griega pistis puede significar ya sea fe ó fidelidad, y muchas personas han notado que Hebreos a menudo la usa en el sentido de fidelidad, u obediencia, y a veces es difícil decir si el autor se está enfocando ya sea en el creer o en el comportamiento. (Aunque Pablo ocasionalmente usa la misma palabra en el sentido de fidelidad, generalmente se refiere a tener fe). La obediencia es la evidencia de la fe, y ambas se necesitan. Noé hizo lo que Dios le dijo que hiciera porque él confió en Dios—él creyó que Dios condenaría a los malvados y salvaría a Noé y a su familia si ellos construían un arca.
Preguntas para dialogar
· Si estamos ciertos que algo ocurrirá, pero no ocurre, ¿todavía se llama fe? (v. 1)
· El universo es visible, pero… ¿tenemos evidencia visible que fue creado por un mandato de Dios? (v. 3)
· Cómo puede hablar Abel incluso cuando ya está muerto? (v. 4)
· Abel está muerto, pero Enoc no experimentó la muerte (v. 5). ¿Por qué ésta diferencia?, y ¿dónde están ellos ahora?
· ¿Es realmente importante para nosotros creer que Dios nos recompensará? (v. 6)
· ¿De qué manera hoy la gente al tener fe «condena al mundo»? (v. 7)