Tercer Lunes de adviento – 12 de diciembre 2011
Entonces vino el Señor y se detuvo, y llamó como en las otras ocasiones: «¡Samuel, Samuel!» Y Samuel respondió: «Habla, que Tu siervo escucha.» 1 Samuel 3:10
Samuel, acostado en su cama en el templo, escucha llamar su nombre tres veces. Por último, siguiendo el consejo del profeta Elí, se da cuenta que es la voz de Dios y responde. Habla, te escucho.
Tómate tiempo hoy… ¿Dónde puedes escuchar a Dios? ¿Cuándo puedes escuchar mejor? ¿Qué podría querer decirte Dios?
Enciende una luz… guarda silencio… haz eco de la oración de Samuel: «Habla, Señor, estoy escuchando»… espera.
Haz tiempo hoy… para desenvolver el regalo de escuchar. Tómate un tiempo para escuchar a los demás.