«Mis queridos hermanos, tengan presente esto: Todos deben estar listos para escuchar, y ser lentos para hablar y para enojarse.»
Santiago 1:19
Dios nos escucha todo el tiempo y dice en el Salmo 81:13 «Oh, si mi pueblo me oyera».
Samuel fue uno que lo hizo, él dijo: «Habla, que tu siervo escucha» (1 Samuel 3:10).
Y David sabía que Dios lo escuchó cuando lo llamó (Salmo 4:3).
«La fe es por el oír, es decir, escuchar el evangelio de Cristo» (Romanos 10:17).
Jesús nos dice en Lucas 8:18: «… Así que presten atención a cómo oyen. A los que escuchan mis enseñanzas se les dará más entendimiento; pero a los que no escuchan, se les quitará aun lo que piensan que entienden». (NTV)
Sólo escuchando lo que Dios nos asegura podemos vivir una vida sin miedo, porque Él ha dicho: «Nunca te dejaré» (Hebreos 13:5-6).
Así que no seamos reacios para oír (Hebreos 5:11 BLP).
Jesús dijo: «Yo te digo la verdad, los que oyen mi palabra y creen al que me envió, tienen vida eterna» (Juan 5:24).
Así que recuerda escuchar.
«Aquellos que controlan su lengua tendrán una larga vida, abrir la boca puede arruinarlo todo» (Proverbios 13:03).
«Pero se trata de que pongan en práctica esa palabra y no simplemente que la oigan, engañándose a ustedes mismos. Quien oye la palabra, pero no la pone en práctica, se parece a quien contempla su propio rostro en el espejo: se mira y, en cuanto se va, se olvida sin más del aspecto que tenía. Dichoso, en cambio, quien se entrega de lleno a la meditación de la ley perfecta —la ley de la libertad— y no se contenta con oírla, para luego olvidarla, sino que la pone en práctica». (Santiago 1:22-25 BLP).
Oración
Gracias, Padre Celestial, porque nos hablas y nos dices claramente cómo debemos vivir. Por favor, ayúdanos a escuchar siempre atentamente todo lo que dices con una determinación para ponerlo en práctica. Amén
Sobre la autora:
Jill Newman es Diaconisa en la Congregación Watford de la Comunión de Gracia Internacional en el Reino Unido.
