El rescate de los mineros chilenos el día de hoy, después de estar 69 días a más de 600 metros de profundidad, nos enseña una lección sobre la salvación de la humanidad. Al igual que los mineros en Chile, nosotros quedamos atrapados en la oscuridad. A causa de nuestra alienación de nuestro Papá y de los demás, por el dolor resultante y por todas las cosas destructivas que hacemos para lidiar con nuestro dolor, y debido a nuestra impotencia para cambiar nuestra situación, quedamos atrapados en este oscuro lugar llamado muerte. Esta muerte es más grande que sólo la muerte física. Jesús usó la idea de la palabra griega «Hades» para hablar de este «lugar» que llamamos muerte. Algunos de los mineros atrapados se han referido a ese lugar de encierro dentro de la mina San José en Chile, llamándolo «el infierno».
El «encierro de la muerte» es donde todas las personas viven, es donde vive el universo. Todos nosotros vamos a morir en algún momento durante los próximos 100 años. La Tierra y el sol van a morir en unos 5 mil millones de años. El universo se va a morir de frío al final…. Simplemente así son las cosas. Si los mineros se encuentran atrapados a más de 600 metros por debajo de la corteza terrestre, entonces, ¿a donde deben ir los rescatistas a rescatarlos? Tienen que ir a donde están, y luego llevarlos a casa.
Si estamos en el «encierro de la muerte», entonces allí es donde Dios tenía que ir para rescatarnos. Y eso es exactamente lo que hizo. No es casualidad que los credos hablan mucho acerca de que Jesús «descendió» y luego «ascendió». Él llegó hasta donde estamos; descendió a la condición humana de nacimiento, vida y muerte. Cavó hasta el fondo de la profunda mina en que quedamos atrapados. Luego, en su resurrección y ascensión, salió de la mina. Pero no salió solo. Él nos trajo con él (Efesios 4:8-9). Y nos llevó con él hasta llegar a la derecha del Padre, donde ahora nos sentamos con él, recibiendo todas las bendiciones de los cielos (Efesios 1:3). Por haber venido hasta donde estábamos, fue capaz de llevarnos hasta donde el está.
Dios, a través de Jesucristo, nos ha sacado a todos del «encierro de la muerte» y nos ha trasladado al reino de su amado Hijo.
«Ustedes estaban muertos en sus delitos y pecados …. Pero debido a su gran amor por nosotros, Dios, que es rico en misericordia, nos dio vida juntamente con Cristo, aun estando nosotros muertos en pecados, es por gracia que hemos sido salvados. Y Dios nos resucitó con Cristo y nos sentó en los lugares celestiales en Cristo Jesús «(Efesios 2:1, 4-6).
Adaptado de The Shack Bible Project