El Abogado

Anónimo


Después de haber vivido “decentemente” en la tierra, mi vida llegó a su fin.

Lo primero que recuerdo es que estaba sentado sobre una banca, en la sala de espera de lo que imaginaba era una Sala de Jurados. La puerta se  abrió y se me ordenó entrar y sentarme en la banca de los acusados.

Cuando miré a mi alrededor vi al “Fiscal”, quien tenía una apariencia de villano y me miraba fijamente, era la persona más horripilante que había visto en  mi  vida.

Me senté, miré hacia la izquierda y allí  estaba mi abogado, un caballero con una mirada bondadosa cuya apariencia me era familiar.

La puerta de la esquina se abrió, Su presencia demandaba admiración y respeto. Yo no podía quitar mis ojos de Él; se sentó y dijo: “Comencemos”. El Fiscal se levanto y dijo: “ Mi nombre es Satanás  y estoy aquí para demostrar porque este individuo debe ir al  Infierno”.

Comenzó a  hablar de las mentiras que yo había dicho, de cosas que había robado en el pasado, cuando engañaba a otras personas. Satanás habló de  otras horribles  cosas y perversiones cometidas por mi , entre más hablaba, más me hundía en mi silla de acusado.

Me sentía tan avergonzado que no podía mirar a  nadie, ni siquiera a mi Abogado; a medida que Satanás mencionaba pecados que hasta había totalmente olvidado.

Estaba tan molesto con Satanás por todas las cosas que  estaba diciendo de mi, e, igualmente, molesto con mi abogado, quien estaba sentado en silencio.

Yo  sabia que era culpable de las cosas que me acusaban, pero también había hecho  algunas cosas buenas en mi vida, ¿no podrían esas cosas buenas por lo menos equilibrar lo malo que había hecho?
Satanás terminó con furia su acusación y dijo: “Este individuo debe ir al Infierno, es culpable  de todos los pecados y actos que he acusado, y no hay ninguna persona que pueda probar lo contrario. Por fin se hará justicia este día”.

Cuando llegó su  turno, mi Abogado se levantó y solicitó acercarse al Juez,  quien se lo  permitió, haciéndole señas para que se acercara, pese a las fuertes protestas de Satanás.

Cuando se levantó y empezó a caminar, lo pude ver en todo su  Esplendor y Majestad. Hasta entonces me di cuenta por que me  había parecido tan  familiar, era Jesús quien me representaba,  Mi Señor y  Salvador.

Se paró frente al Juez, suavemente le dijo “Hola Padre”,  y se volvió para dirigirse al Jurado “Satanás está en lo correcto,  al decir que este hombre ha pecado, no voy a negar esas  acusaciones. Reconozco que el castigo para el pecado es muerte  y este hombre merece ser  castigado.

Respiró Jesús fuertemente, se volteó hacia su “Padre” y con los brazos extendidos proclamó: “Sin embargo, yo di mi vida en la cruz  para que esta persona pudiera tener vida eterna y él me ha  aceptado como su Salvador, por lo tanto, es mío”.

Mi abogado continuó diciendo: “Su nombre esta escrito en el libro de la vida y nadie me lo puede quitar.

Satanás todavía no  comprende que este hombre  no merece justicia, sino misericordia.

“Cuando Jesús se iba a sentar, hizo una pausa, miro a su Padre y suavemente dijo: “No se necesita hacer nada más, lo he hecho todo”.

El Juez levantó su poderosa mano y,  golpeando la mesa fuertemente, las siguientes palabras salieron  de sus labios: “Este hombre es libre, el castigo para él ha sido pagado  en      totalidad, caso concluido”.

Cuando mi abogado me conducía fuera de la Corte, pude  oír a Satanás protestando enfurecido: “No me rendiré jamás, ganaré el próximo juicio”.

Cuando Jesús me daba instrucciones hacia donde me debía dirigir, le pregunte: “¿Ha perdido algún caso?”. Jesús sonrió amorosamente y dijo: “Todo aquel que ha recurrido a mí para que lo represente, ha obtenido el mismo veredicto tuyo….. Pagado en su totalidad”.

Autor: Comunión de Gracia

COMUNIÓN DE GRACIA INTERNACIONAL [GRACE COMMUNION INTERNATIONAL], es una denominación evangélica activa en casi 100 países y territorios con una afiliación internacional de alrededor de 42 mil miembros y 900 congregaciones. Nuestra misión es “vivir y compartir el evangelio”. Creemos en la unidad espiritual de todos los creyentes en nuestro Señor Jesucristo. Le invitamos a reunirse con nosotros en nuestros servicios de adoración donde escuchará el evangelio de Jesucristo y conocerá a otros cristianos que están experimentando su relación con Jesucristo, así como usted.

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