Este es el día que el SEÑOR ha hecho;
regocijémonos y alegrémonos en él.
– Salmo 118: 24 (NVI)
¡Aleluya!
¿Cómo podemos expresar la profunda alegría de nuestros corazones?
Tú, Santo, eres que echa a rodar la piedra,
se vacía la tumba, y se eleva desde el seol para anunciar:
¡Vida! ¡Amor!¡Justicia! ¡Paz!
¡Aleluya! Con las mujeres corremos
Para compartir la alegría de este día.
Con Pedro nadamos hasta la orilla
para degustar la misericordia del amor divino.
Con los discípulos en el camino a Emaús,
te vimos en la fracción del pan.
¡Aleluya! Llénanos de fe que no tomará la muerte por respuesta.
Llénanos de amor que no permitirá la derrota.
Llénanos de los caminos de la justicia que no renunciará
cuando la redención parece tan lejos.
Llénanos de paz que persevera
cuando el quebrantamiento y la violencia lleguen.
Este día, vivimos resurrección.
Hoy cantamos, gritamos y oramos ¡Aleluya!
¡Cristo ha resucitado! Gloria a Dios. Amén.