El 15 de enero de 1697, la ciudad de Salem y la colonia de Massachusetts en Estados Unidos de Norteamérica, proclamaron un día de ayuno y arrepentimiento por los juicios insensatos y las ejecuciones que ocurrieron cinco años antes en la colonia. Más de 150 personas fueron acusadas de ser brujas y fueron encarceladas, 19 sospechosas de ser brujas fueron ahorcadas.
El día de arrepentimiento personal y público fue proclamado “para que todo el pueblo de Dios pueda ofrecer súplicas fervientes a Él, para que toda la iniquidad pueda ser quitada, la cual ha movido el celo del Santo Dios contra esta tierra; para que pueda mostrarnos lo que no sabemos, y nos ayude, si hemos cometido un error, a no cometerlo más”.
La histeria de la cacería de brujas había comenzado cuando dos niños dijeron haber sido embrujados por cierta gente del pueblo. Después, durante el juicio, otros niños y jóvenes hicieron acusaciones similares. No se presentó ninguna evidencia real de adoración a Satanás, brujería u otras actividades paranormales. La mayoría de los acusados eran mujeres, aunque también estuvo incluido el Reverendo George Burroughs, quien era ministro de la Villa Salem y que fue ahorcado el 19 de agosto de 1692.
Aunque los juicios de brujas fueron una equivocación bíblica aislada de la aplicación de la justicia en un pueblo pequeño, mostraron la realidad de que los cristianos deben evitar que su fe los lleve a la histeria, a buscar chivos expiatorios o a la superstición. Ha habido otras equivocaciones más extensas en la historia cristiana, tales como la inquisición, la cual nos recuerda que necesitamos vivir siempre guiados por el Espíritu Santo y mostrar la sabiduría y el amor de Cristo a los demás en cualquier situación.
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