Paul Kroll –
Algunas personas asumen erróneamente que la doctrina de la Trinidad al utilizar la palabra «Personas» está mostrando la existencia de tres Dioses. Ellos dicen lo siguiente: Si Dios el Padre es realmente una «Persona» entonces él es Dios por derecho propio (con las características de un ser divino), y por tanto cuenta como «un» Dios. Si lo mismo dirían acerca del Hijo y del Espíritu Santo, entonces existirían tres Dioses separados.
Este es comúnmente un concepto errado acerca del tema de la Trinidad. En realidad, la doctrina de la Trinidad en ningún momento afirma que tanto el Padre, como el Hijo o el Espíritu Santo complementan en cada uno la esencia de Dios. No debemos confundir trinitarianismo con la Trinidad. La Trinidad enseña que Dios es uno con respecto a su esencia pero es tres con respecto a las distinciones internas de dicha esencia. El pensador Cristiano Emery Bancroft lo describió en su libroTeología Cristiana, pag. 87-88:
«El Padre no es Dios como tal porque Dios no es solamente el Padre, sino también el Hijo y el Espíritu Santo. El término Padre asigna esa distinción personal en la naturaleza divina en virtud de la cual Dios se relaciona con el Hijo y, a través del Hijo y del Espíritu, con la iglesia.
«El Hijo no es Dios como tal, porque Dios no es solamente Hijo, sino también Padre y Espíritu Santo. El Hijo asume tal distinción en virtud de la cual Dios se relaciona con el Padre, y es enviado por el Padre a redimir al mundo, y junto con el Padre, envía el Espíritu Santo.
«El Espíritu Santo no es Dios como tal, porque Dios no es solamente Espíritu Santo, sino también Padre e Hijo. El Espíritu Santo asume tal distinción en virtud de la cual Dios se relaciona con el Padre y el Hijo, y es enviado por ellos para realizar el trabajo de renovar y santificar la iglesia».
Cuando queremos entender la doctrina de la Trinidad, tenemos que ser muy cuidadosos en la forma como usamos e interpretamos palabra «Dios». Por ejemplo, cuando el Nuevo Testamento habla de un Dios, también realiza una distinción entre Jesucristo y Dios el Padre. La fórmula de Bancroft nos ayuda a entender esto: Para hablar de cada hipóstasis o «Persona» de la Divinidad, debemos referirnos a «Dios el Padre», » Dios el Hijo» y «Dios Espíritu Santo».
Es ciertamente legítimo hablar acerca de las «limitaciones» de usar analogías o de tratar de explicar por otros medios la naturaleza de Dios. Los pensadores cristianos entienden bien este problema. En su articulo, «La Teología Trinitaria» (4/2 1988 Toronto Journal of Theology), Roger Haight, profesor de la Escuela de Teología de Toronto, analiza esta limitación. Haight es franco al admitir algunos de los problemas acerca de la teología de la Trinidad, pero también señala cómo la Trinidad es una explicación poderosa de la naturaleza de Dios, siempre y cuando nosotros seres humanos limitados entendamos esa naturaleza.
Millard Erickson, teólogo altamente respetado y profesor de teología, también admite dicha limitación. En su libro Dios en Tres Personas, página 258, admite su «ignorancia» y la de otro de sus compañeros:
«[Stephen] Davis ha examinado las principales explicaciones de la actualidad [acerca de la Trinidad], y, al haber analizado lo que ellas dicen haber encontrado, ha sido honesto en reconocer que siente que se está enfrentando con un misterio. Al hacerlo ha sido más sincero que muchos de nosotros, quienes solo bajo presión, hemos admitido que no sabemos realmente de qué manera Dios es uno y de qué manera es tres.
¿Entendemos nosotros realmente cómo puede Dios ser uno y tres al mismo tiempo? Por supuesto que no. No tenemos experiencia conociendo a Dios de la manera que él es. No solamente porque carecemos de experiencia sino también porque nuestro vocabulario es también limitado. Debemos ser cuidadosos al utilizar la palabra «Personas» para referirnos a las hipóstasis de Dios porque requerimos de una palabra que enfatice la naturaleza personal de nuestro Dios y que de alguna manera contenga el concepto de diferenciación.
Desafortunadamente, la palabra «persona» también contiene la misma noción de independencia que se aplica a los seres humanos.
Si alguien rechaza la teología de la Trinidad, esa persona no cuenta con explicación que respalde la unidad de Dios, la cual es un requisito absolutamente bíblico.
Los cristianos formularon esa doctrina porque aceptaron la verdad de que Dios es uno, pero también quisieron explicar que las Escrituras hablan de Jesucristo en términos de divinidad. Lo mismo del Espíritu Santo.
La doctrina de la Trinidad fue desarrollada precisamente con la intención de explicar tanto en términos como en pensamientos humanos como Dios puede ser al mismo tiempo dos y tres personas.
A lo largo de la historia, se han elaborado otras explicaciones acerca de la naturaleza de Dios. Una de ellas, el Arianismo, el cual proclama que el Hijo fue un ser creado para que la Unidad de Dios pudiera ser preservada.
Desafortunadamente, la conclusión Ariánica era débil en su esencia, pues el Hijo no puede ser un ser creado y ser a la vez Dios. Todas las otras teorías que se desarrollaron para explicar la naturaleza de Dios, en términos de la revelación del Hijo y del Espíritu Santo, demostraron defectos o errores fundamentales. Por esta razón, la doctrina de la Trinidad ha sobrevivido durante siglos como la única explicación de la naturaleza de Dios que preserva el testimonio bíblico.
Los Trinitarios comprenden que Dios no está hecho de la clase de personas desde el punto de vista humano. Pero ¿qué es una persona de la «clase de Dios?» No tenemos una respuesta. Utilizamos la palabra «Persona» para referirnos a cada hipóstasis de Dios porque es una palabra personal y porque, por sobre todo, Dios trata con nosotros de una manera personal.
Pitágoras al ver la pitonisa del Oráculo Delfos apoyada en un trípode,se inventó la religión adorad… https://t.co/LQwOgnNTMZ