Antes era todo tan sencillo ¿verdad?
Nosotros teníamos una Biblia Reina Valera de 1960, con las palabras de Jesús escritas en rojo. Tenía una columna al centro de las páginas con referencias útiles, y también tenía un amplio margen que te permite añadir tus propios comentarios “inspirados”. Todas tenían la pasta de color negro. No cabía duda, ésta era la Palabra de Dios.
Ya no es así. Ahora hay docenas de traducciones de la Biblia que tienen deslumbrantes encuadernaciones. Los programas de computadora nos dan acceso directo a cientos de trabajos de referencia con sólo apretar un botón. Y hemos descubierto que las respuestas a las preguntas difíciles y las explicaciones de las escrituras difíciles no son tan claras ni tan sencillas como habíamos creído.


Todo eso realmente merece un artículo aparte. ■