Segundo Domingo de adviento – 4 de diciembre 2011
Es como el árbol plantado a la orilla de un río que, cuando llega su tiempo, da fruto y sus hojas jamás se marchitan. ¡Todo cuanto hace prospera!
Salmo 1:3
Una imagen de la vida, la vida verdadera. Una vida alimentada y nutrida por Dios, una vida de fecundidad y madurez. El desafío de Dios para nosotros es vivir de verdad, vivir una vida de integridad y de bondad.
Tómate el tiempo hoy… para reflexionar sobre tu vida. ¿Qué te alimenta y nutre? ¿Qué frutos das?
Enciende una luz… permite que el amor y la vida de Dios, su gracia y verdad te llene. Agradece a Dios por su amor por ti.
Haz tiempo hoy… para desenvolver el regalo de la verdad, para vivir de forma verdadera, con sabiduría, amabilidad y generosidad. (Véase también Santiago 3:13-18)