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Llamé a ti, oh Dios, en mi angustia y tú me respondiste; desde el seno del Seol clamé, y escuchaste mi voz. Jonás 2,2
Jonás clama a Dios desde las profundidades del estómago de la ballena, en la oscuridad, el peligro y la angustia. «Cuando mi alma desfallecía en mí, me acordé de ti, oh Dios». Dios escucha su oración y lo rescata. Jonás canta una canción a Dios, una canto de agradecimiento nacido en las profundidades. (Ver más abajo el cántico completo) Las profundidades, a pesar de que no escogeríamos estar ahí, puede ser un lugar para detenerse y pensar… y recordar… y hablar con Dios.
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Tómate el tiempo hoy… para reflexionar en los momentos en que tu vida ha estado en las profundidades. ¿Qué canción fuiste capaz de cantar?
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Enciende una luz… ora por los que hoy claman a Dios desde una profunda angustia.
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Haz tiempo hoy… para cantar una canción para alguien que está en una profunda oscuridad. ¿Dónde podrías vivir la esperanza de Dios hoy? ¿Dónde escucharás hoy los gritos de auxilio de otros?
Y sería bueno saber dónde y cómo estás cantando la canción de esperanza hoy… Comparte cómo vives la esperanza de Dios. Para escribir un comentario o pensamiento por favor visita nuestro sitio web: http://wp.me/p1r4pi-3Ee
El cántico de Jonás
En mi gran aflicción clamé al Señor y él me respondió.
Desde la tierra de los muertos te llamé,
¡y tú, Señor, me escuchaste!
Me arrojaste a las profundidades del mar
y me hundí en el corazón del océano.
Las poderosas aguas me envolvieron;
tus salvajes y tempestuosas olas me cubrieron.
Entonces dije: “Oh Señor, me has expulsado de tu presencia;
aún así volveré a mirar hacia tu santo templo”.
Me hundí bajo las olas
y las aguas se cerraron sobre mí;
las algas se enredaban en mi cabeza.
Me hundí hasta las raíces de las montañas.
Me quedé preso en la tierra,
cuyas puertas se cierran para siempre.
Pero tú, oh Señor mi Dios,
¡me arrebataste de las garras de la muerte!
Cuando la vida se me escapaba,
recordé al Señor.
Elevé mi oración sincera hacia ti
en tu santo templo.
Los que rinden culto a dioses falsos
le dan la espalda a todas las misericordias de Dios.
Pero yo te ofreceré sacrificios con cantos de alabanza,
y cumpliré todas mis promesas.
Pues mi salvación viene sólo del Señor».
Jonás 2:2-9