El gran amor del Señor nunca cesa,
sus misericordias nunca llegarán a su fin;
Nuevas son cada mañana;
grande es tu fidelidad.Lamentaciones 3:22,23
En el corazón del libro de Lamentaciones están estas palabras de esperanza en la misericordia de Dios. El canto de lamento es una canción de profunda tristeza y dolor por lo que se ha perdido, pero también es un canto de fe tranquilidad y confianza. (Vea el canto completo más abajo). Este canto refleja una fe que no está llena de palabras vacías y superficiales, la clase de confianza que se descubre cuando todo lo demás ha sido quitado.
El amor de Dios irrumpe en nuestra desesperación y tristeza como el sol naciente. Un amor que no se embota con la familiaridad, sino que amanece nuevo cada día.
- Tómate el tiempo hoy… para cantar una canción de lamento por la tristeza del mundo, o por una tristeza que tienes en tu corazón.
- Enciende una luz… agradeciendo a Dios por su amor y misericordia infinita, permite que ese amor venga nuevo para ti hoy.
- Haz tiempo hoy… para ofrecer el amanecer de la esperanza a alguien que esté atrapado en una situación de rutina. Tráele algo nuevo.
y sería bueno saber por qué o por quién estás cantando la canción de lamento hoy… Deja tus comentarios o sube tus fotos. Comparte el lugar en el que quieres vivir la esperanza de Dios.
El Canto de Lamento
Ustedes, todos los que pasan por el camino,
¿no les importa esto?
Observen y vean si hay dolor como mi dolor,
Con el que fui atormentada…
Por estas cosas lloro yo;
Mis ojos derraman agua,
Porque lejos de mí está el consolador,
El que reanima mi alma.
Acuérdate de mi aflicción y de mi vagar,
Del ajenjo y de la amargura.
Ciertamente mi alma lo recuerda
Y se abate mi alma dentro de mí.
Esto traigo a mi corazón,
Por esto tengo esperanza:
Que las misericordias del Señor jamás terminan,
Pues nunca fallan Sus bondades;
Son nuevas cada mañana;
¡Grande es Tu fidelidad!
«El Señor es mi porción», dice mi alma,
«por tanto en El espero».
Bueno es el Señor para los que en El esperan,
Para el alma que Lo busca.
Bueno es esperar en silencio La salvación del Señor.
Bueno es para el hombre llevar El yugo en su juventud.
Que se siente solo y en silencio Ya que El se lo ha impuesto.
Que ponga su boca en el polvo,
Quizá haya esperanza;
Que dé la mejilla al que lo hiere;
Que se sacie de oprobios.
Porque el Señor no rechaza para siempre,
Antes bien, si aflige,
también se compadecerá Según Su gran misericordia.
Porque El no castiga por gusto
Ni aflige a los hijos de los hombres.Lamentaciones 1.12, 16a; 3.19-33