Todo comenzó con un sueño, un deseo que Dios puso en el corazón de nuestro pastor. Un deseo de multiplicar lo que Dios ya estaba haciendo en su iglesia local. Una larga jornada que a través de varios años Dios comenzó a poner las piezas en su lugar y armar el rompecabezas. Dios a la vez simultáneamente trabajado en el corazón de otras personas que sin conocer al Pastor Ticas y sin conocerse el uno al otro, ardían con el deseo en su corazón de ser usados por Dios para algo grande.
Dios tenía planes para que esta comunidad. Planes de traer una iglesia y demostrar el amor de Dios a una comunidad necesitada, golpeada por males como las drogas, pandillas, hogares rotos, niños abandonados y mucho dolor.
A través de estos tres años hemos ido a la comunidad de diferentes formas, invitando a la comunidad a nuestros servicios de celebración, regalando una botella de agua, un volante, un cristo te ama, un saludo, una oración, una sonrisa. Los que hemos tenido la experiencia de trabajar en esta misión hemos aprendido a conocernos, amarnos como una familia, a trabajar juntos y experimentar el gozo del Señor al ser usados en el Reino de los Cielos. Hemos enfrentado muchos desafíos, muchos obstáculos, pero hemos confiado en el Señor y seguimos confiando que lo que Él ha comenzado, él lo perfeccionará y lo terminará.
En estos tres años hemos aprendido muchas cosas y quizás hemos cometido muchos errores, pero sobre todo, la gracia de Dios ha estado sobre nosotros. Han sido tres años de muchas experiencias hermosas donde hemos visto personas venir a los pies de Cristo, hemos sido usados por Dios para confortar al necesitado y dar las buenas nuevas a los que la necesitan. Nuestra visión ha sido desde el principio ser una congregación activa, cariñosa y misional, una comunidad de creyentes comprometidos a participar en la visión transformadora del evangelio en el noreste de Los Ángeles y al resto de California. Esto no ha terminado aún, estos tres años son sólo el comienzo. Te invitamos a seguir apoyándonos, a comprometerte de corazón con nuestra visión y nuestra misión. Una larga jornada nos espera pero sabemos y confiamos que no estamos solos, que Cristo está con nosotros a través del Espíritu Santo.
