Abba
Abba, Gracias por amarme en mi pecado y miseria. Gracias por llamarme tu hijo tal como soy. Tráeme cada vez más cerca de tus brazos amorosos, aun cuando
Abba, Gracias por amarme en mi pecado y miseria. Gracias por llamarme tu hijo tal como soy. Tráeme cada vez más cerca de tus brazos amorosos, aun cuando
Pues ustedes no han recibido un espíritu de esclavitud para volver otra vez al temor, sino que han recibido un espíritu de adopción como hijos, por el cual clamamos: «¡Abba,