Hay un simple guión que muchos escuchamos en nuestra mente: simple, pero increíblemente peligroso. Me atrevo a decir que es una de las cosas más grandes que nos impide sentirnos llenos en nuestra relación con Dios. Es un guión enredado en una mentira que normalmente es algo así: podría ser realmente feliz y estar satisfecho si tuviera…
… un cuerpo delgado.
… un esposo(a).
… un esposo(a) que sea más tierno(a) y romántico(a).
… más dinero.
… una carrera más exitosa.
… una personalidad mejor.
… un bebé.
… niños más inteligentes.
No sé cuáles son tus declaraciones de «si tuviera…», pero sí sé que ninguna de ellas te dará satisfacción. Tal vez traen momentos temporales de felicidad… pero no verdadera satisfacción.
En lugar de decir: «Si tuviera» y llenar el espacio en blanco con alguna persona, posesión o posición, decide reemplazar esa declaración con la verdad de Dios. Estos son algunos ejemplos que me han ayudado en la batalla contra la tentación de dejar que la gente, posesiones, o posiciones toman el lugar de Dios en mi vida.
Ya no digo, «si hubiera tenido un papá que me amara. …» En su lugar, digo: «El Salmo 68:5 promete que Dios va a ser un Padre para el que no tiene padre.»
Tal vez tu vacío no fue por un padre ausente, sino por un amigo que te hirió. O tal vez un esposo que te abandonó. O los niños que has anhelado tener y todavía no tienes. Independientemente de lo que sea el vacío, Dios es la solución perfecta para tu vacío. Ora con este pasaje de Lucas 1:78–79: «Gracias a la entrañable misericordia de nuestro Dios. Así nos visitará desde el cielo el sol naciente, para dar luz a los que viven en tinieblas, en la más terrible oscuridad, para guiar nuestros pasos por la senda de la paz.»
Ya no digo: «si tuviera más posesiones”…. En cambio, recito Mateo 6:19–21: «No acumulen para sí tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido destruyen, y donde los ladrones se meten a robar. Más bien, acumulen para sí tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido carcomen, ni los ladrones se meten a robar. Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón.»
Cualquier posesión que he querido tener en algún momento, no importa lo bueno que pueda parecer, la posesión sólo será buena por un tiempo limitado. A la luz de la eternidad, cada posesión se destruirá, convirtiéndose en algo sin valor y con el tiempo nos la quitarán. Si solo enfoco mi corazón en adquirir más cosas, me sentiré más vulnerable con la posibilidad de la pérdida.
Las posesiones están para ser apreciadas y usadas para bendecir a otros. Nunca fueron destinadas a ser marcadores de identidad. No está mal disfrutar de las posesiones que tenemos mientras no dependemos de ellas para la seguridad de nuestro corazón.
Ya no digo, «si tuviera una mejor posición. …» En cambio, digo las palabras del Salmo 119:105: «Tu palabra es una lámpara a mis pies; es una luz en mi sendero». No necesito una mejor posición para llegar donde debo ir. No tengo que averiguar mi camino para salir adelante. Necesito la palabra de Dios que me guía. Al seguirlo y honrarlo paso a paso yo puedo estar segura de que estoy exactamente donde él me quiere, haciendo lo que él quiere.
Cualquier declaración de «Si tuviera» con la que estés luchando, puedes reemplazarla con verdades sólidas de las Escrituras que nunca te dejan vacíos. Es una afirmación audaz, pero es cierto. Cuando la Palabra de Dios entra en nosotros, se convierte en la nueva forma de procesar nuestra vida. Reorganiza nuestros pensamientos, nuestras motivaciones, nuestras necesidades y nuestros deseos. Nuestra alma fue hecha a la medida para llenarla con Dios y su verdad, por lo tanto, se filtra en cada parte de nosotros y nos llena completamente.
Amado Señor, reconozco que solo tú puedes rellenar esos lugares vacíos en mi corazón. Ayúdame a detener el ciclo de «Si sólo tuviera» y a ser liberado(a) con la verdad. En el nombre de Jesús, Amén.
Pasos para la aplicación:
¿Con qué declaraciones «Si tuviera» estás luchando?
¿Cuáles son algunos versículos que puedes utilizar para reemplazar tu mentira de «si sólo tuviera»?
Puntos para reflexionar:
¿Por qué luchamos tratando de satisfacer nuestras necesidades con personas, posesiones y posiciones? ¿Cuáles son algunos resultados de este patrón peligroso?
Versículos que te darán fuerza:
Lucas 1:78–79: » Gracias a la tierna misericordia de Dios, desde el cielo, la luz matinal está a punto de brillar entre nosotros, para dar luz a los que están en oscuridad y en sombra de muerte, y para guiarnos al camino de la paz.”
Salmo 119: 30–32, » He optado por ser fiel; estoy decidido a vivir de acuerdo con tus ordenanzas. Me aferro a tus leyes. Señor, ¡no dejes que pase vergüenza! Perseguiré tus mandatos, porque tú aumentas mi comprensión…»