El control de aterrizaje ha confirmado que recibió una señal de aterrizaje. El Philae está bien. El ancla no se disparó. El cometa puede ser suave. Se confirma insuficiencia en la apertura del tanque. No fue un problema del sensor». «Todavía estamos bien. ¿Verdad?»
Esta fue la transmisión en vivo de las conversaciones que tuvieron los controladores en la Agencia Espacial Europea en el aterrizaje de la sonda Philae en el cometa Churyumov Geraimenko (comúnmente conocido como 67P). El aterrizaje fue considerado un éxito, sin embargo, no fue por completo de acuerdo al plan. La sonda no aterrizó exactamente donde los científicos e ingenieros querían que aterrizara, para empeorar las cosas, rebotó y aterrizó inclinada contra una pendiente y las anclas que se suponía iban a dispararse para asegurar la sonda sobre la superficie del cometa no se dispararon. Además, la sonda quedó en la sombra de un pequeño acantilado, por lo que las baterías se descargaron rápidamente y no podían ser recargadas por los paneles solares.
Philae había estado viajando desde la tierra por unos 10 años, 500 millones de kilómetros a bordo de la sonda espacial Rosetta, para encontrarse con el cometa 67P. Toda una increíble hazaña humana si se piensa en ello. La parte que es interesante es que después de años de planificación y muchos años de viaje, la sonda podría haber fracasado completamente. Ninguno de los involucrados puede garantizar 100% de éxito. No es de extrañar que, incluso con algunos fallos importantes, todo el mundo todavía lo viera como un gran éxito.
¿Cuánto más asombroso es, pues, el plan de salvación de Dios? Este plan fue elaborado y puesto en marcha antes de que los seres humanos (o la tierra), incluso existieran. Efesios 1: 4-6 declara categóricamente que hemos sido elegidos para formar parte de la relación que goza Dios Trino, incluso antes de que Dios creó la tierra en la que nos pusieron (Efesios 1: 4-6). A través de los siglos este plan de «viaje espacial» fue insinuado o revelado a la gente.
Después de la caída de la humanidad, Dios mismo le dijo a Adán y Eva acerca de este plan (Génesis 3: 1-24; especialmente v15). Miles de años después de Adán y Eva, Dios revela algo del plan a Isaías en una de las descripciones más detalladas hasta ese momento (Isaías 53). Todo el capítulo se resume en el versículo 12 (que, aunque escrito antes del evento, usa el tiempo pasado como si ya hubiera sucedido). «Porque él llevó el pecado de muchos e intercedió por los transgresores».
Sorprendentemente, como sólo Dios puede hacerlo, no había plan B o C. Sólo el Plan A garantizado, a prueba de fallos, sólido e indestructible. En otras palabras, Dios no tuvo que diseñar rápidamente un plan B (en Jesús) cuando el plan A (en Adán) falló. Jesús es el único plan y Él es el Plan A.
En un punto preciso en la historia humana, Dios mismo habría de viajar por el espacio millones de kilómetros hacia el planeta tierra (por así decirlo).
Tal vez es por la naturaleza humana y nuestros numerosos fracasos, que a veces llegamos a la idea de que Dios debe haber tenido algún plan de respaldo en caso de que el Plan A con Jesús en la tierra fracasara. Mucha gente tiene la idea de que el plan de salvación en sí fue un plan de respaldo necesario para rescatar a la humanidad, porque lamentablemente habían fracasado en el Jardín del Edén. Esto no es así.
En ningún momento durante la encarnación del Hijo de Dios hay un comentario o conversación que incluya las palabras: ‘fallamos’, o, ‘¿Todavía funciona bien?’ como fue el caso de la sonda Philae. A veces tenemos la idea de que a veces Jesús estuvo cerca de fracasar. Por ejemplo, durante su tentación por Satanás en el desierto (Mateo 4), o en el jardín de Getsemaní, donde Jesús sudó sangre (Marcos 14, Lucas 22).
Ten la seguridad de que Satanás no tenía ninguna posibilidad contra Jesús y el plan de salvación de Dios. Que el mal no puede triunfar sobre el bien. Esto es importante de entender porque si pensamos de esta manera también podemos empezar a pensar que tal vez nosotros no podamos hacerlo.
Hay una canción que se llama ‘Tren español’ de Chris de Burgh, en la que canta acerca de cómo Jesús y Satanás están jugando a las cartas por las almas de los seres humanos. Dios gana unas pocas manos (almas), pero Satanás engaña con el proverbial as en la manga y gana la mayoría de las almas. Aunque es una melodía pegadiza, esta es una canción patéticamente ignorante. Por desgracia, hay muchos que piensan de esta manera. El plan de la salvación no es un juego de azar como se ilustra en un juego de cartas de póquer. Es una bendita seguridad.
Es cierto que a veces podemos ver este desordenado mundo y sentir que el mal triunfa sobre el bien. Que tal vez, sólo tal vez, la salvación de Dios está fallando. El apóstol Juan, mientras estaba en prisión en la isla de Patmos, tuvo el privilegio de ser transportado hacia el futuro y ver la realidad de Jesús regresando triunfante a la tierra. Vio el futuro en el que todos los que desean estar con Jesús, hemos sido resucitados y arrebatados con los que siguen vivos a su encuentro en las nubes. Él vio la realidad de un nuevo cielo y una nueva tierra y donde (según consta en Apocalipsis 21: 4) se limpian las lágrimas de nuestros ojos y no hay más muerte, ni llanto, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas han pasado para siempre.
«Control, la misión ha sido un éxito rotundo. Jesús ha vuelto». †
Nota: El autor no desea crear la falsa impresión de que Jesús y Dios Padre están en algún lugar lejos en el cielo. Es necesario entender claramente que aunque Dios Padre está en el cielo, está en todo lugar y siempre presente, al igual que Jesucristo y el Espíritu Santo. La idea central de este artículo es que, a diferencia de los planes humanos, el plan de Dios nunca falla.
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Revista Odisea Cristiana – Junio 2015