La Biblia utiliza varias palabras del idioma Hebreo, Arameo y Griego para referirse a las acciones milagrosas de Dios. Esas palabras son traducidas a la versión en español como “milagros”, “maravillas”, “señales”, “obra poderosa” y “poder”
Por ejemplo, la palabra hebrea “mopet” es traducida en la Nueva Versión Internacional por tres palabras diferentes: “milagros” (Salmos 78:43); “prodigios” (Éxodo 7:3); y “señal” (1 Reyes 13:3). Las palabras usadas en las traducciones generalmente han preservado estos tres distintivos, para una fácil comprensión del relato y énfasis en las palabras de origen. Éstas caracterizan las acciones milagrosas de Dios como son:
1. Prodigios: distintivo, maravilloso. Las maravillas enfatizan el estado mental producido en aquellos que vieron los milagros. La idea de maravilla, sin embargo, es el asombro más frívolo. El énfasis está en el propósito y el significado espiritual que la maravilla crea. El concepto de maravilla se expresa en hebreo por palabras como nipla’ot (Éxodo 15:11); en arameo por temah (Daniel 4:2-3); y en griego por teras (Hechos 4:30).
2. Poder: fuerte, poderoso. Estas son grandes obras que demuestran el poder de Dios como el Creador y Gobernante del universo. Esta idea se expresa por gebura hebreo (Salmo 145:4) y el griego dynamis (Mateo 11:20).
3. Señales: significante, en este caso, el milagro es considerado una prueba de la autenticidad de la revelación o mensaje. Este pensamiento se expresa en hebreo ‘ot (Números 14:11); el arameo ‘at (Daniel 4:2-3); y el Griego semeion (Juan 2:11).
Las tres ideas distintivas se encuentran embebidas en las obras milagrosas en un solo verso. «Jesús de Nazaret, fue un hombre acreditado por Dios ante ustedes con milagros, [dynamesin], señales [semeiois] y prodigios [terasin] los cuales realizó Dios entre ustedes por medio de el» (Hechos 2:22, Nueva Versión Internacional).