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La Biblia nos dice que la verdadera belleza no viene de nuestro exterior, de la belleza física, sino de nuestra belleza interior, la belleza de Cristo vivo en nuestros corazones y que brilla a través de nosotros. Medita en las siguientes dos preguntas:
Pregunta 1: ¿Cuánto tiempo dedicas a tu apariencia externa? Este podría ser el tiempo pasado arreglándote el cabello, poniéndote el maquillaje, eligiendo qué ropa usar hoy, cuales accesorios, incluso la compra de ropa nueva o joyas o hacerte un nuevo corte de cabello. Las estadísticas muestran que la mujer promedio pasa 2 años y medio de su vida lavando, peinando, cortando, aplicando tinte, rizando y alisando el cabello en casa o en un salón. ¡Ese es sólo el tiempo ocupado en el cabello!
Pregunta 2: ¿Cuánto tiempo dedicas a tu belleza interior? Este podría ser el tiempo pasado en oración, leer o estudiar la Biblia, el tiempo en la iglesia o grupo juvenil, o el tiempo devocional.
En qué pasamos la mayor parte del tiempo nos dice lo que nos importa más. 1° Pedro 3:3-4 nos dice que nuestro ser interior debe ser más importante para nosotros, después de todo, 2° Corintios 4:18 nos dice que lo que se ve es temporal, pero lo que no se ve es eterno. Así, mientras que el mundo nos está diciendo que la belleza está en el exterior, la Biblia nos dice que la verdadera belleza está en el interior. La verdadera belleza viene de Cristo en nosotros.
- Reflexión: ¿Paso más tiempo cuidando mi aspecto exterior, o mi belleza interior?
- Aplicación: Cada vez que te mires en un espejo, haz una oración pidiendo a Dios que te ayude a trabajar en tu belleza interior.
- Oración: Padre Dios, gracias por todo lo que haces por mí. Gracias por enseñarme lo que es importante para tí. Ayúdame a poner el valor de mi belleza interior por encima de la de mi apariencia. En el nombre de Jesús oro, Amén.