Apocalipsis 2:18-29
La iglesia fiel y perseverante
Sabemos que el que habla inequívocamente a la iglesia en esta carta se identificó como el Hijo de Dios (2:18). Mientras este título es implícito en otra parte del libro, únicamente aquí se usa. También, dos títulos estrechamente ligados a la visión de Juan en capítulo 1 empezando la carta, donde está ardiendo, los ojos y pies aparecen como el bronce abrillantado (1:14-15).
Cristo alabó a la iglesia por su amor, fe, servicio y perseverancia. El rango de alabanza con respecto al estado espiritual de Tiatira era quizás el más elevado dado a cualquiera de las siete iglesias. Era la única iglesia que se dice que ha mejorado su condición espiritual (2:19).
Problemas en Tiatira (2:20-23)
Sin embargo, la iglesia necesitó la advertencia en un problema vital. La iglesia había tolerado las enseñanzas de una profetisa falsa. A ella sólo se le presenta por un nombre metafórico. Jezabel. Su enseñanza está definida de la misma manera como la enseñanza de Balaam en la iglesia de Pérgamo (2:14). Jezabel, dice Cristo, «Desencamina a mis siervos a la inmoralidad sexual y el comer alimentos sacrificados a los ídolos» (2:20). Obviamente se relaciona un paralelo con Acab (1 Reyes 16:29; 2 Reyes 9:30). Ambas, la Jezabel original y esta profetisa no identificada amenazaron destruir el verdadero culto de Dios entre su pueblo.
Debemos señalar que el pecado de Jezabel original era llevar a Israel a la idolatría. Ella no era acusada en el Antiguo Testamento de llevar una vida sexualmente inmoral. Más bien, su pecado estaba en enseñar a otros a seguir la inmoralidad religiosa y la poca fe en el Señor (2 Reyes 9:22).
Esto indica que podemos tomar las expresiones de censura «comer alimento sacrificado a los ídolos» y «cometer adulterio» como una forma figurativa de idolatría. También debemos recordar que el Antiguo Testamento presentó la idolatría, apostasía e infidelidad a Dios como metáforas referidas a acciones sexuales tales como la inmoralidad sexual, fornicación, adulterio y prostitución (Éxodo 34:15, 16; Deuteronomio 31:16; Jeremías 3:6; Ezequiel 23:19; Oseas 9:1). También, Juan usó el adulterio en otra parte, como una metáfora de idolatría en Apocalipsis (17:2; 18:3).
Específicamente, en la iglesia de Tiatira, esta Jezabel aconsejó probablemente el acomodamiento con el mundo. Robert H. Mounce dice, «La fornicación de la cual Jezabel no quería arrepentirse era su alianza adúltera con el ambiente» pagano (El Libro de Apocalipsis, pág. 104).
Su teología, cuando fue propagada por sus homólogos en la iglesia de Tiatira, sería especialmente atractiva entre los miembros que lucharon contra los problemas de participación en los gremios laborales. Ser rechazado del gremio para un miembro podría causar una pérdida económica. Sin embargo, para ser parte de ese gremio se requería la participación en sus festividades religiosas paganas. La tentación de acomodar las creencias cristianas, debe haber sido muy fuerte para muchos miembros de la iglesia. Robert H. Mounce explica:
«En una ciudad cuya vida económica era dominada por gremios de comercio en que las prácticas religiosas paganas se habían vuelto prácticas comunes para un número de miembros, el convertido cristiano se enfrentaría con el problema de adecuar su modo de vida por lo menos lo suficiente como para permitir la participación en una comida común dedicada a alguna deidad pagana. Rechazar esta costumbre podría significar un aislamiento social y una penalidad económica». El Libro de Apocalipsis, pág. 103)
Ser miembro de un gremio habría significado ciertamente una participación en festividades religiosas idólatras, inmoralidades y libertinaje. Así hay un significado dual a la imputación respecto a las prácticas festivas de Jezabel «inmoralidad sexual». Resumiendo, entonces, la revelación de «Jezabel» (así como «Balaam» y probablemente los Nicolaítas) sugirió al cristiano que podría estar en buenos términos con el mundo y aún así poder ser fiel a Cristo.
La festividad de Jezabel probablemente explicaría que «un ídolo no es nada en absoluto en este mundo y que solo hay un solo Dios» (1 corintios 8:4). Ellos habrían razonado que los creyentes no necesitan sufrir económicamente negándose a aceptar unos cuantos requisitos indemnes propuestos por un número de miembros del gremio de comercio.
«En Jezabel es ser contado entre aquellos a quienes las exigencias del éxito comercial hablan más fuertemente que las exigencias de Cristo», dice William Barclay (El Apocalipsis de Juan, volumen 1, edición revisada, pág. 107). La fiesta de Jezabel al parecer apoyó su enseñanza en una fuerte teología, proporcionando una excusa racional que parecía dispersar cualquier argumento contrario. Su teología se llamaba «los profundos secretos de Satanás» (2:24).
Esta frase normalmente se explica de dos maneras. Puede ser una irónica tergiversación de la propia exigencia de Jezabel. Sus seguidores pueden haberse declarado en ser más sofisticados espiritualmente. Ellos pueden haber tergiversado las enseñanzas de Pablo, afirmando entender que la voluntad más profunda de Dios «sobre todo» es ser mayormente impío, rendir homenaje al emperador como dios y dedicarse al libertinaje (1 Corintios 8:4; Romanos 14:17). Pero Apocalipsis dice que la fiesta de Jezabel es que se ha caído en las profundidades de un hoyo espiritual que Satanás ha excavado.
Otra explicación para «los profundos secretos de Satanás» es que Jezabel, como los Nósticos más tarde, enseñaron que solo descendiendo a las profundidades del mal puede uno aprecia las grandes alturas de la gracia de Dios. Pablo también se vio obligado en refutar una idea similar en la iglesia de Roma (Romanos 6:1).
Una mayoría de la iglesia en Tiatira no creyó en el razonamiento de Jezabel. Sin embargo, la iglesia permitió que un grupo de esta enseñanza al parecer permaneciera dentro de la iglesia. Tenía «el síndrome corintio» que toleraba el pecado en la iglesia, posiblemente en la equivocada idea de poseer un gran discernimiento (1 corintios 5:1-7).
El problema tiene un interés histórico. Nos involucra sumamente. Dice León Morris»: Cada generación de cristianos deben enfrentar la pregunta, ‘¿Cuanto debo aceptar y adoptar las prácticas de las normas contemporáneas?’ Por una parte, los cristianos no deben negar la fe, por otro lado, no deben negar ser miembros de la sociedad» (Apocalipsis, edición revisada, pág. 71).
Cristo había sido paciente, esperando ver un cambio de corazón en la facción de Jezabel (2:21). Pero el grupo se había negado a arrepentirse de sus enseñanzas. Así, el momento de juicio había llegado. Jesús advirtió que los postraría en un lecho de dolor… a menos que ellos se arrepientan» (2:22). En la palabra griega aquí para «lecho», los traductores han elegido la idea del Antiguo Testamento de estar en una cama, es estar enfermo o herido (Éxodo 21:18). Estar postrado en una cama significaría que alguien sería infligido sufriendo.
La facción de Jezabel, si permanecieran impenitentes. los convertiría en objeto de lección, serían traídos a la justicia, por así decirlo. Por el hecho que Dios es un Dios de justicia así como misericordioso, el ser cristianos es un asunto serio que se pondría en evidencia a «todas las iglesias» (2:23). Aquí hay otra indicación de que el mensaje a cada iglesia se aplicaba a todas las siete. La mayoría de Tiatira que no estuvo en este «evangelio de conveniencia» fue aconsejada a aferrarse a su comprensión espiritual (2:24). No tendrían ninguna otra «carga» impuesta a ellos.
Promesa a Tiatira (2:24-28)
Los miembros de la iglesia de Tiatira fueron animados a continuar en la fe, «hasta que yo venga» (2:25). Ellos eran los vencedores y hacedores de la voluntad de Cristo hasta el fin. «Esto es lo más cercano que tenemos en las siete cartas a una definición de ser conquistador», dice G. R. Beasley-Murray. «Él sostiene que las tradiciones de fe y la vida entregada a la Iglesia se sostendrán hasta la venida de Cristo (v. 25) y él guarda las obras de Cristo hasta el fin (v. 26) sin que ‘el fin’ sea la parusía del Señor o su propia muerte» (Apocalipsis, pág. 93).
La promesa de salvación se describe como «autoridad sobre las naciones» (2:26). Los vencedores «regirán con vara de hierro» y «los hará pedazos como a vasijas de barro» (2:27). Estas declaraciones se tomaron del Salmo 2:9.
Algunos estudiosos sienten que la redacción original da un significado algo diferente. Regir debe entenderse más en el sentido de pastorear. Manejar una vara de hierro debe verse más en el contexto del bastón del pastor o cayado, usado firmemente pero con un cuidado amoroso y tierno. Hay siempre en ese caso, el problema de cómo entender la frase que acompaña, «los hará pedazos como vasijas de barro» (2:27). A las ovejas se las guía; a los enemigos se los elimina.
Cualquier sea el caso, el significado está claro. La ahora impotente iglesia existente bajo el gobierno humano tendrá el poder sobre las naciones bajo Cristo. Los santos heredarán la tierra, como Cristo dijo (Mateo 5:55). Y ellos juzgarán al mundo, en cualquier manera que «juzguen» debe ser entendido (1 Corintios 6:2).
A la iglesia de Tiatira también se le prometió la «estrella de la mañana» (2:28). Se han dado varias explicaciones para este símbolo. Quizás Cristo está en la vista aquí, si nosotros nos guiamos por su misma descripción simbólica al final del Apocalipsis: «yo, Jesús… [soy] la Estrella de la Mañana luminosa» (22:16). «Tener» a Jesús como la Estrella de la Mañana puede significar estar en su presencia gloriosa, estar con él. Esto explicaría la promesa que en la resurrección los santos glorificados estarán con Cristo, dondequiera que él esté (Juan 14:3).