La flexibilidad supone no sujetarse a normas estrictas, a dogmas o trabas con rigidez.
Supone ser ágil para la creatividad, la entrega y la vida.
¡Qué importante es que seamos flexibles unos con otros!
¡Qué importante es no vivir desde la rigidez y la vara que, más que ayudar, destruye a quien la recibe!.
Ser flexible es aceptar al otro como es, con su valor y su limitación.
Ser flexible es creer que la letra escrita puede tener diferentes interpretaciones.
Ser flexible es ayudar al otro a crecer, a ser él mismo y a darse desde lo que es.
Ser flexible es escuchar la versión del que habla y abrirle nuestro corazón.
Jesús rompió moldes, denunció injusticias, escuchó con amor y… murió por ello, dejándonos un legado de sinceridad y compasión.