En Penryn, Pensilvania, EE UU, un jefe de policía rehúsa colaborar con el tránsito vehicular en un triatlón efectuado por la Asociación de Jóvenes Cristianos. De acuerdo a este oficial, su negativa se debe a que la asociación estaba promoviendo la hechicería al incluir la popular serie de libros Harry Potter como parte del programa de lectura extra-escolar.
En el estado de Carolina del Sur, EE UU, enfurecidos padres de familia pidieron a una maestra que dejara de encargar a su grupo la lectura de los libros de Harry Potter.
Mientras, en el estado de Nuevo México, una iglesia conservadora hizo una quema pública de libros con historias de Harry Potter.
Por otra parte, un tele-evangelista está advirtiendo a todos los que ven y leen la serie de Harry Potter que «están abriendo la puerta de sus mentes a los sutiles engaños del demonio… ellos están violando las leyes de Dios al pretender que la hechicería, la brujería, la adivinación, y el involucrarse en la ‘magia negra’ del demonismo, son sólo diversiones inofensivas.» «Ya sea que lo creamos o no,» dijo tajantemente el predicador, «Dios Todopoderoso dice que la sociedad debe de imponer la pena de MUERTE a todo aquel que practique la brujería!»
Por lo anterior, quizá la mayoría de los cristianos no procederían a «ejecutar» a los fanáticos de Harry Potter, pero ciertamente tanto la película como los libros han creado un «disturbio en la fuerza» de la cristiandad evangélica. Se han vendido mas de 100 millones de copias de la serie de Harry Potter, y existen cerca de 50 traducciones en 200 países. Para algunos cristianos, la película es una herramienta para acondicionar a los niños a la inocuidad de la brujería.
Por otro lado, la primera parte del Señor de los Anillos siguió la tendencia de Harry Potter. Y de nuevo, algunos cristianos expresaron su preocupación por el contenido de ocultismo en esta película taquillera. De cualquier modo, Harry Potter y el Señor de los Anillos son sólo la punta en este género de películas. Los géneros de fantasía, horror, de «espadas y hechicería» son géneros prevalentes en libros, películas, historietas ilustradas, y también en la radio y la TV. La ciencia ficción popular también enfatiza lo sobrenatural, tal como está comprobado por el estreno en este verano de otro capitulo de la saga Guerra de las Galaxias.
Por otra parte, no es un fenómeno nuevo la literatura de género ocultista. Recordemos que aquellos cuentos de hadas inofensivos con los cuales han crecido generaciones de niños están llenos de duendes y brujas, de hechizos y encantamientos. Basados en los cuentos de hadas, los clásicos animados de cuentos popularmente famosos tales como Peter Pan, Blancanieves, y la Cenicienta, con su contenido mágico y pagano, habrían dado motivo a los cristianos de buena voluntad de boicotear a Disneylandia, quemar películas o de linchar a los caricaturistas décadas atrás. O tal vez, siglos atrás, algunos habrían atacado la obra de William Shakespeare, el fundamento de la literatura inglesa, puesto que sus escritos contienen una gran parte de referencias a brujas y a la magia.
Cristianos en Apuros
A pesar de nuestra ocupación histórica con el ocultismo, cualquiera que ve la televisión o películas debe de admitir que el ocultismo en el entretenimiento se ha hecho más visible en décadas recientes. Las series populares de televisión Buffy el Cazador de Vampiros y Hechizada, ofrecen una gran variedad de brujas, demonios, y hechiceros que exhiben poderes sobrenaturales. Asimismo, una dieta más tenebrosa la encontramos en las películas del género de terror tales como Hellraiser, Poltergeist, y Frailty de recién estreno en este año. Peor aún, videojuegos de espadas y de hechicería son a menudo sangrientos y violentos. Todas estas cosas hacen pensar aún al padre de familia más liberal de cómo sus hijos o hijas pudieran ser afectados.
¿Cómo pues, se supone que los cristianos deben de reaccionar? ¿Está Satanás riéndose y frotándose las manos de gusto porque un mundo desprevenido, lleno de crédulos y de tontos, está siendo drogado por su conspiración de paganizar los medios de diversión?
¿Debemos de evitar a toda costa estas películas y estos libros? ¿Llegaremos a ser poseídos por Belcebú? ¿Debemos de prohibir a nuestros hijos tales diversiones? ¿Arrinconarán a nuestros hijos estos libros y películas para que empiecen a sacrificar cabritos al demonio y a danzar desnudos en hogueras rituales?
¿Es permisible un poco de fantasía, y de ser así, hasta dónde debemos de marcar el alto? ¿Qué tan alarmados deberíamos de estar? ¿Debemos de marchar hacia Hollywood tal como han hecho algunos grupos de «guerra espiritual”? ¿Debemos de mandar cartas, faxes, correos electrónicos y hacer llamadas telefónicas a los principales estudios de filmación, a escritores y a los productores de cine? ¿Están sobreactuando algunos cristianos celosos y bien intencionados, debido al temor y a malos entendidos?
¿Es posible que nos estemos enfrentando a un enemigo equivocado, gastando recursos y energías para combatir a Harry Potter y El Señor de los anillos únicamente, cuando libros, películas, videojuegos y sitios de internet, todos con un contenido más destructivo y violento están promoviendo el ocultismo de manera abierta y accesible a todo el mundo?
Tal vez, necesitamos discernir entre lo que es diversión verdaderamente perjudicial y la diversión que es sólo un reflejo de nuestra cultura imperfecta. Para lograr eso, necesitamos considerar la manera como nuestra cultura se ha desarrollado.
Parcialmente pagana
La cultura occidental solo ha sido influenciada y moldeada por la cristiandad durante los últimos dos milenios. Asimismo, algunas porciones de Europa y de las islas británicas apenas fueron convertidas a la cristiandad hace unos mil años. Por lo tanto, no estamos muy apartados de los antiguos dioses que nuestros antepasados adoraban.
Algunos de los nombres de los días semanales y de los meses del año hacen eco a deidades antiguas, por ejemplo: jueves del dios Júpiter; martes, del dios Marte; junio, de Juno esposa de Júpiter; mayo, de Maia diosa itálica de la fertilidad.
Surge ahora una pregunta, ¿por qué tenemos palabras que vienen del paganismo? La razón de ello es la siguiente. Durante los primeros años de la iglesia cristiana, ésta adoptó algunas de las festividades y costumbres paganas para atraer la atención de la gente hacia el cristianismo. Para ello, las iglesias eran edificadas sobre antiguos sitios paganos. Las deidades caseras paganas eran sustituidas por los nombres de santos. Asimismo, la palabra dios, que se usaba para referirse a deidades paganas, se empleó para referirse al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo cristianos. Y conforme se extendía la iglesia, el territorio pagano (tanto intelectual como geográfico) fue dedicado a Cristo.
Por lo anterior, no debe de sorprendernos que la cultura occidental que a veces llamamos «cristiana», no es sino una amalgama del antiguo paganismo, cristianismo, y otras filosofías y corrientes de pensamiento más recientes. También, si bien es cierto que artefactos del paganismo nos rodean: los huevos de pascua, las coronas de muérdago, los días de la semana; pocas personas, si es que las hay, atribuyen poderes mágicos al muérdago, o creen que el antiguo dios Júpiter tenga algún poder especial sobre los días jueves. Los elementos paganos de nuestra cultura no son más que artefactos, son recordatorios de nuestros orígenes ignorantes y supersticiosos. Por lo mismo, no podemos esperar que limpiemos nuestra literatura o nuestro lenguaje de la presencia de personajes, nombres o referencias paganas.
Lecciones de la Literatura
La literatura es un reflejo de la cultura. Ya sea en la literatura o en películas–donde sea que se narre una historia–nos encontramos con el bien y con el mal. Nos encontramos con personajes buenos y personajes malvados. Más cercano a la realidad, nos encontramos con personajes que son una mezcla de ambas cualidades, o que son complejos y conflictivos.
Los escritores talentosos toman elementos de la cultura para contar sus historias. A veces, algunos de estos elementos son paganos. El escritor puede que use la fantasía y la magia.
Sin embargo, una pregunta crítica para los cristianos no es de si existen o no elementos paganos en la historia, sino cuál es el motivo–¿que trata de hacer el autor con esos elementos? ¿Qué lección está él o ella está tratando de comunicar o aún de promover?
Algunos cristianos críticos a menudo se enfocan en la forma de escribir, más que en la sustancia o el mensaje. Tal como comenta la escritora cristiana Connie Neal: «Esto es lo que estoy desafiando a la gente a pensar. Si aplicamos el mismo tipo de crítica a otras piezas de literatura tal como lo hacemos con Harry Potter, ¿dónde iría a parar? Si ud. dice, ‘No voy a leer una historia que tenga hechizos y varitas mágicas,’ entonces tendrá que deshacerse de más de las dos terceras partes de la literatura clásica infantil, incluyendo Cenicienta, Peter Pan y La Bella y la Bestia.«
Vemos pues que cuando nos enfocamos más en la forma que en la sustancia, nos podemos encontrar en la posición de estar rechazando alguna literatura excelente y permitir que continúen algunas ideas mucho más peligrosas, las cuáles vienen en envolturas vistosas e inofensivas. Por ejemplo, muchas películas y programas televisivos de los años 1930’s, ’40s y los ’50s, parecen no tener elementos paganos y parecen mantener normas cristianas. Sin embargo, bajo un análisis y escrutinio cuidadosos, algunas de estas películas y programas televisivos promueven el racismo, los estereotipos y el materialismo. Así, vemos que el hombre blanco es representado como un personaje acaudalado, fino y ejemplar. Mientras que los indios americanos, los afroamericanos, y los latinos son representados con personajes deshonrosos o de poca valía. Algunos de estos programas todavía se transmiten al aire, y sin embargo, pocos cristianos, si ha habido alguno, se han quejado de ellos.
Durante la misma era, el aclamado teólogo cristiano y autor C.S. Lewis publicó su obra Las Crónicas de Narnia. Algunos cristianos rápidamente atacaron la obra, ya que contenía brujas, dioses, diosas y espíritus diversos. Sin embargo, la obra contiene un mensaje cristiano profundo. Tal como lo expresó el mismo C.S. Lewis: «Dentro de una narración determinada, cualquier objeto, persona o cosa, no es nada más ni nada menos que lo que el relato dice que es.»
En otras palabras, aunque los elementos de un cuento provengan del paganismo, ellos sólo son usados para narrar una historia. La cosa más importante es ¿qué es lo que dice la narración? C.S. Lewis, J.K. Rowling (autor de las series de Harry Potter) y J.R.R. Tolkien (autor de las series de El Señor de los Anillos) han sido y son cristianos comprometidos. Los mensajes de sus obras son mensajes cristianos, el triunfo del bien sobre el mal.
«A su nivel más profundo, El Señor de los Anillos también es un relato sobre la soberanía de Dios, quien usa aún las maquinaciones malignas del enemigo para hacer cumplir su plan perfecto» comenta Jim Ware, co-autor del libro Encontrando a Dios en el Señor de los Anillos. Asimismo, la serie Guerra de las Galaxias, aunque no necesariamente haya sido creada por cristianos, envía el mismo mensaje: la tiranía y la maldad podrán sostenerse por un breve período de tiempo, pero la bondad y la libertad triunfarán al final.
¿Es bíblica la quema de libros?
«Pero,» algunos dirán, «¿qué acaso el nuevo testamento no nos da un ejemplo en donde cristianos recién convertidos habían quemado unos libros que trataban las artes negras? ¿No deberíamos de hacer lo mismo?» Veamos este ejemplo en Hechos 19:19. En tal pasaje leemos que un número de personas de Éfeso y que practicaban la hechicería, obedeciendo al evangelio, habían destruido sus libros sobre las artes ocultas. Cabe mencionar que esos no eran libros de Harry Potter o de El Señor de los Anillos, libros que promueven las virtudes cristianas y escritos por autores cristianos. Al contrario, esos eran rollos o pergaminos que contenían encantamientos serios e instrucciones para practicar ritos paganos reales. Por lo tanto, mientras que la Biblia condena la hechicería y la adoración a dioses paganos, ella no condena a los cristianos que deben de vivir y de llevar a cabo responsabilidades diarias en una cultura pagana. Consideremos la manera como el apóstol Pablo respondió a la iglesia que estaba en Corinto. Había surgido una controversia en torno a si los cristianos debían de comer alimentos sacrificados a los ídolos. Él les recordó lo siguiente: «Sabemos que un ídolo nada es en el mundo, y que no hay más que un Dios.» (1Corintios 8:4).
De la misma manera, los cristianos de dos milenios más tarde deberían de reconocer que nada hay que temer de los dioses impotentes del paganismo, ni mucho menos preocuparse por las referencias literarias acerca de la hechicería y de la magia.
Sin embargo, Pablo continúa diciendo que debemos de tener cuidado de no ofender a aquellos que por tener una «conciencia débil» (8:10) puedan ser sensibles o temerosos a tales cosas. Asimismo, los cristianos de hoy en día, quienes encuentran significado moral en la fantasía literaria, deben de ser sabios en cuanto a no imponer su libertad de conciencia y de preferencias sobre otros cristianos. Más aún, el registro bíblico muestra que Pablo no estaba cerrado ante estas ideas. Para alguien que había sido un fariseo estricto y de mente cerrada, él poseía un sorprendente enfoque abierto hacia la cultura pagana. Sus escritos contienen referencias de la literatura clásica y poética de su época, por lo que podemos asumir que él las había leído y estudiado. Él fue capaz de emplear este conocimiento literario para comunicarse eficazmente con gentes no-judías, tal como hizo con los filósofos atenienses en Hechos 17.
Cómo manejarlo
Aquí presentamos algunos aspectos a considerar para los padres de familia que están preocupados por el impacto de la fantasía sobre sus hijos.
1) Si tiene preguntas sobre algún libro o película, consulte algún análisis sobre dicha película o libro, o mejor aún, usted mismo lea o vea la obra. Sólo de esta manera podrá discutirlo inteligentemente o decidir que dirección dar a su hijo o hija.
2) Discierna el motivo y la intención del autor. ¿Cuál fue la moraleja del cuento? Pida a Dios que le ayude a discernir.
3) Prohíba el ver o leer la obra si cree que lo tiene que hacer, pero debe de darse cuenta que será difícil, si no imposible, el prevenir que su hijo o hija vea una película, lea un libro o juegue un videojuego con el tema en cuestión. Recuerde que la fruta prohibida es más dulce y atractiva, sobre todo si los amigos están tomando de ella. Es por ello, que la siguiente estrategia es preferible.
4) Comente el material con sus hijos. Juegue el video, vea la película o lea el libro con ellos. Discuta los principios involucrados desde un punto de vista cristiano. Proporcione a su hijo o hija todas las herramientas que él o ella necesitarán para que pueda formar una opinión propia. Si su opinión difiere de la de usted mantenga el diálogo abierto, y continúe permitiendo que su hijo o hija sepa en que posición se encuentra usted y por qué.
Dónde marcar el alto
Nuestro mundo presenta a los padres de familia una lista larga de prohibiciones potenciales en donde debemos de elegir dónde marcar el alto. ¿Cuántas prohibiciones podemos invocar antes de perder la relación con nuestros hijos? Por otra parte, ¿cuántas prohibiciones necesitamos imponer para evitar el perder a nuestros hijos a la inmoralidad? En un mundo lleno de abuso infantil, odio, crimen, drogas, y pornografía infantil, HarryPotter y otras obras literarias similares no necesitan ser confrontadas y atacadas como otros asuntos más serios que sí merecen toda nuestra atención.