¿Por qué nació usted?
Capítulo 1
Creados a la imagen de Dios
Y Dios creó al ser humano a su imagen; lo creó a imagen de Dios. Hombre y mujer los creó. Génesis 1:27.
por Michael D. Morrison
El primer capítulo de la Biblia nos dice que Dios creó a los seres humanos “a su imagen” (Génesis 1:27). Tanto los hombres como las mujeres fueron creados “a la imagen de Dios” (mismo versículo) Obviamente, no somos a la imagen de Dios en términos de estatura, peso o color de piel. Dios es espíritu, no-creado, y nosotros somos creados de la materia.
Sin embargo, Dios ha hecho a la humanidad a su propia imagen, lo cual significa que hay formas esenciales en las cuales Él nos ha hecho como Él. Somos auto-conscientes, podemos comunicarnos, planear, pensar creativamente, diseñar y construir, resolver problemas y ser una fuerza para el bien en nuestro mundo. Y podemos amar. Podemos tener relaciones personales.
Usted necesita ser “creado a imagen de Dios, en verdadera justicia y santidad.” (Efesios 4:24). Pero, a menudo en esos mismos aspectos, la gente no es como Dios para nada. De hecho, mucha gente es impía. A pesar de esto, sin embargo, hay ciertas cosas de las que podemos estar seguros. En primer lugar, Dios siempre nos amará.
Un ejemplo perfecto
El Nuevo Testamento nos ayuda a entender qué significa ser a la imagen de Dios. El apóstol Pablo nos dice que Dios está re-creándonos en algo que es perfecto y bueno: la semejanza de Jesucristo. Romanos 8:29 dice: “Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser transformados según la imagen de su Hijo, para que Él sea el primogénito entre muchos hermanos.” En otras palabras, Dios quiso desde el principio que nosotros fuéramos como Jesús, el Hijo de Dios en la carne.
Pablo dice que Jesús “es la imagen exacta de Dios” (2 Corintios 4:4). “Él es la imagen del Dios invisible” (Colosenses 1:15). Él es el ejemplo perfecto de la imagen que fuimos creados para tener. Somos hijos de Dios, somos su familia. Para saber qué significa ser hijos de Dios, vemos a Jesús, el Hijo de Dios.
Uno de los discípulos de Jesús le preguntó: “Muéstranos al Padre” (Juan 14:8). Y Jesús le respondió: “el que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (v. 9). En otras palabras, Jesús dice: Lo que tú necesitas conocer acerca de Dios, lo puedes ver en mí. Él no está hablando sobre el color de piel, la forma de vestir o las habilidades de carpintería, por ejemplo, excepto en la manera en que tales cosas sean consistentes con la imagen de Dios. Jesús está hablando sobre el espíritu, las actitudes y las acciones. Dios es amor (1 Juan 4:8) y Jesús nos muestra qué es el amor y cómo debemos amar como personas siendo conformadas a su imagen.
Puesto que los seres humanos fuimos creados a la imagen de Dios, no es de extrañar que Dios nos esté conformando a la imagen de Jesús. Él debe ser “formado” en nosotros”. Gálatas 4:19 dice: “hasta que Cristo se forme por completo en sus vidas”. Nuestra meta es tener “la plena y completa medida de Cristo”. “Ese proceso continuará hasta que todos alcancemos tal unidad en nuestra fe y conocimiento del Hijo de Dios que seamos maduros en el Señor, es decir, hasta que lleguemos a la plena y completa medida de Cristo” (Efesios 4:13) Cuando somos cambiados a la imagen de Jesús, la imagen de Dios es restaurada en nosotros, y llegamos a ser lo que fuimos creados para ser.
Quizá usted no sea muy parecido a Jesús ahora. Eso está bien. Dios ya sabe eso, y por eso es que Él ya está trabajando con usted. Si usted se lo permite, Él lo cambiará, lo transformará, para ser más y más como Cristo. “El Señor, quien es el Espíritu, nos hace más y más parecidos a él a medida que somos transformados a su gloriosa imagen” (2 Corintios 3:18). Se necesita paciencia, pero el proceso llena la vida con significado y propósito.
¿Por qué Dios no nos creó perfectos desde el principio? ¿Por qué Dios no hace todo esto en un parpadear de ojos? Porque eso no tomaría en cuenta a la persona verdadera, pensante y amorosa que Él creó y que debemos ser. Un cambio de mente y de corazón, la decisión de volver a Dios y confiar en Cristo, puede tomar sólo un momento, como decidir ir por cierto camino. Pero el viaje real por ese camino toma tiempo y puede estar lleno de obstáculos y problemas. Toma tiempo cambiar los hábitos, los comportamientos y las actitudes.
Además, Dios lo ama a usted y quiere que usted lo ame a Él. Pero el amor es amor sólo cuando es dado libremente, no cuando es demandado. El amor forzado no es amor.
Se hace cada vez mejor
El propósito de Dios para usted no es solamente ser como Jesús fue hace 2,000 años, sino también ser como Jesús es ahora: ¡resucitado, inmortal, lleno de gloria y poder! “Él tomará nuestro débil cuerpo mortal y lo transformará en un cuerpo glorioso, igual al de él. Lo hará valiéndose del mismo poder con el que pondrá todas las cosas bajo su dominio”. (Filipenses 3:21). “Dado que fuimos unidos a él en su muerte, también seremos resucitados como él” (Romanos 6:5). “Queridos amigos, ya somos hijos de Dios, pero él todavía no nos ha mostrado lo que seremos cuando Cristo venga; pero sí sabemos que seremos como él, porque lo veremos tal como él es” (1 Juan 3:2).
Si somos hijos de Dios, podemos estar seguros de que también compartiremos su gloria. “Así que como somos sus hijos, también somos sus herederos. De hecho, somos herederos junto con Cristo de la gloria de Dios; pero si vamos a participar de su gloria, también debemos participar de su sufrimiento” (Romanos 8:17). Se nos dará una gloria como la que Cristo tiene, cuerpos humanos inmortales, cuerpos que nunca se deterioran, cuerpos espirituales. “Cuando morimos, nuestros cuerpos terrenales son plantados en la tierra, pero serán resucitados para que vivan por siempre. Nuestros cuerpos son enterrados en deshonra, pero serán resucitados en gloria. Son enterrados en debilidad, pero serán resucitados en fuerza. Son enterrados como cuerpos humanos naturales, pero serán resucitados como cuerpos espirituales. Pues, así como hay cuerpos naturales, también hay cuerpos espirituales” (1 Corintios 15:42-44). “Al igual que ahora somos como el hombre terrenal, algún día seremos como el hombre celestial” (1 Corintios 15:49).
¿Quisiera usted ser como Jesucristo? ¿Quisiera usted tener gloria e inmortalidad? ¡Dios lo creó a usted para eso! Es un regalo maravilloso que Él quiere que usted tenga. Es un futuro emocionante y maravilloso, que le da significado y propósito a la vida.
Cuando vemos el resultado final, el proceso en que estamos ahora tiene sentido. Los problemas, las pruebas y dolores de la vida, así como las alegrías, tienen más sentido cuando sabemos de qué se trata la vida. Cuando sabemos de la gloria que se nos dará, los sufrimientos de esta vida son más fáciles de soportar. “Lo que ahora sufrimos no es nada comparado con la gloria que él nos revelará más adelante” (Romanos 8:18). Dios nos ha dado promesas extremadamente grandes y preciosas.
¿Hay un problema aquí?
Pero espere un momento, dirá usted. Yo nunca he sido suficientemente bueno para tener esa clase de gloria y poder. Yo sólo soy una persona ordinaria. Yo he cometido errores, mi vida es un desastre. Eso está bien, Dios ya sabe eso, pero Él no permitirá que eso lo detenga. Él tiene planes para usted, y Él ya ha planeado que esos problemas se resuelvan. La vida de todos es un desastre y nadie merece que se le de gloria y poder.
Dios sabe cómo salvar personas malas Pero Dios sabe cómo salvar a personas que son pecadoras, y no importa cuántas veces se equivoquen, Él sabe cómo rescatarlos. El plan de Dios se centra en Jesucristo, quien vivió sin pecado en nuestro lugar y quien sufrió por nuestros pecados en nuestro lugar. Él nos representa ante Dios y nos ofrece el regalo de la vida eterna, si la aceptamos de Él.
Preguntas para estudio
- ¿Qué significa ser creados a la imagen de Dios? Génesis 1:27; Efesios 4:24; Romanos 8:29
- ¿Quién es la imagen exacta de Dios? 2° Corintios 4:4
- ¿Cómo es Dios Padre? Juan 14:8-9
- ¿La imagen de Dios se está formando todavía en nosotros? 2° Corintios 3:18; Gálatas 4:19; Efesios 4:13
- ¿Por qué Dios no nos creó perfectos desde el principio? ¿Por qué no nos perfecciona en un abrir y cerrar de ojos? Comente
- ¿Llegaremos a tener un cuerpo glorioso como el que Cristo tiene ahora? Filipenses 3:21; Romanos 6:5; 1° Juan 3:2; Romanos 8:17
- ¿Cómo será nuestro cuerpo resucitado? 1° Corintios 15:42-49
- ¿Quisiera usted ser como Jesucristo? ¿Quisiera usted tener gloria e inmortalidad? Romanos 8:18 Comente
Capítulo 1 – Creados a la imagen de Dios
Capítulo 2 – El regalo de Dios
Capítulo 3 – ¡Usted está invitado a un banquete!
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