por Heather Hart
Prosigo a la meta para ganar el premio que Dios ofrece
mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús.
Filipenses 3:14
Vivimos en una época en que todo es posible. Si fijas tu mente en algo, se nos dice que nada nos puede detener. En nuestros años de adolescencia nos bombardean con preguntas sobre cuáles son nuestras metas. ¿Qué vamos a hacer con nuestras vidas? ¿Qué carrera estudiaremos en la universidad? ¿Dónde queremos estar en 5 años? ¿10 años? Estas son sólo algunas de las preguntas que se nos pide responder a los adolescentes. Vuelve a leer Filipenses 3:14 y medita en él por un minuto. Esto no suena como cualquiera de las metas sobre las que la gente pregunta. Pablo nos escribe para decirnos que prosigue a la meta. ¿Cuál es la meta de la que Pablo está hablando aquí? La meta de la que está hablando es la meta de ser como Cristo. ¿Tienes esta meta en tu vida? ¿Estás luchando para alcanzarla? ¿Cómo estarás en 5 o 10 años con respecto a esta meta? ¿Afecta esta meta a tus opciones universitarias, o a lo que vas a hacer con tu vida?
REFLEXIÓN:
¿Estás luchando para lograr tus metas personales y en dirección a la meta final de Dios?
APLICACIÓN:
Dedica tiempo hoy a pensar en cuáles son tus metas personales. ¿Tus metas honran a Dios? ¿Ayudan a alcanzar la meta final?
ORACIÓN:
Padre Dios, gracias por enviar a Jesús a morir por mis pecados. ¡Ayúdame a ser más semejante a Él todos los días! Ayúdame a ordenar mi vida y mis metas en torno a Jesús. Ayuda a que mis metas no sean de mis propios deseos carnales, sino para honrar a Cristo, y me ayuden a dirigirme adelante hacia tu meta. En el nombre de Jesús oro, Amén. †
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Revista Odisea Cristiana – Agosto 2015
Contenido:
Prosigo a la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús. Filipenses 3:14