Casi puedo oír a alguien decir: “Mira que realizar semejante pregunta tan políticamente equivocada. Pero hombre ¿cómo se te ocurre siquiera considerar semejante pregunta?
Voy a tener que darte algunos conocimientos previos.
Allá por el año 1992, asistí a una clase en la Universidad de Emory en Atlanta, titulada Introducción al Antiguo Testamento. Cuando revisaba los distintos libros de texto del curso, me crucé con algo que no me había dado cuenta antes. Muchos eruditos del Antiguo Testamento, particularmente eruditos Europeos de los siglos 18, 19 y comienzos del 20, habían escrito sus libros y comentarios acerca del Antiguo Testamento desde la perspectiva de que no había gente de color mencionada en las Escrituras.
Perplejo, comencé a indagar en el tema con cierto interés. Estudie intensamente durante casi un año, asistiendo a conferencias y entrevistando a eruditos. Comencé a darme cuenta de que se trataba de un tema bastante complicado y controvertido, que ha causado mucho daño. Afortunadamente, los tiempos han cambiado, pero algunas de las heridas aún permanecen. Así que vamos a repasarlo, y así acabar de una vez por todas con esta sesgada e injusta distorsión de la Biblia.
Permítanme disculparme de antemano por algunos de los términos que tendré que utilizar mientras examinamos el tema. No son términos que desearíamos utilizar hoy en día, pero son los términos que los historiadores, etnólogos y comentaristas de la Biblia de los últimos siglos, y aún del siglo 21, han empleado para expresar sus ideas acerca de los orígenes de los negros. Estas ideas, ancladas en los prejuicios raciales, fueron alegadas para proporcionar una justificación bíblica de la esclavitud negra y la subyugación de las personas negras.
La primera vez que leí sobre estos conceptos me produjo gran tristeza, llenando mis ojos con lágrimas. Como hombre blanco en un país predominantemente de blancos, me ha permitido lograr una mejor comprensión y un mayor reconocimiento por la experiencia negra en los Estados Unidos.
¿Es la Biblia un libro de un Dios blanco para personas blancas? En ninguna manera. Dios es espíritu y por consiguiente no tiene “color” según nuestro entendimiento humano y terrenal. No hay nada en las Escrituras que indique que las personas son excluidas de la gracia salvadora de Dios por su origen étnico o color de la piel. Dios “no quiere que ninguno perezca” (2 Pedro 3:9). Jesús es el Salvador de todos. Sin embargo, es un hecho que la mayoría de los artistas Europeos y los comentaristas de la Biblia dibujaron y describieron a todos los personajes bíblicos, incluyendo a Dios, como blancos. Esto tuvo el efecto de excluir a los negros de formar parte de las Escrituras, llevando a algunas personas de color a cuestionar la relevancia de la Biblia para ellos.
La exclusión era solamente una parte del problema. Allí donde se aceptaba la presencia de negros en la Biblia, principalmente entre blancos incultos, abundaron leyendas y fábulas escandalosas. Y esto fue especialmente significativo entre los cristianos blancos que vivían en el sudeste de los Estados Unidos antes de la Guerra Civil. Estas denigrantes historias se levantaron para apoyar la idea racial (y no bíblica) de que la Biblia respaldaba una subyugación blanca de las personas negras.
¿Qué queremos decir por “negro”?
Hay varias dificultades que rodean cualquier discusión de este tema tan sensible. Algunas son bastante obvias; y otras no tanto. En gran parte está la pregunta, ¿Qué queremos decir por personas “negras”? En los Estados Unidos hoy en día, esta palabra se refiere al afro-americano – aquellos con una ascendencia Africana y color oscuro de la piel. ¿Pero es así como pensaban las personas que vivieron cuando los libros de la Biblia fueron escritos?
Existen diferencias entre los conceptos antiguos y modernos de lo que “negro” significa cuando se aplica a las personas. Por ejemplo, en la tabla de las naciones en Génesis 10, la palabra utilizada para describir al pueblo que descendió de Cam en las antiguas lenguas Hebrea, Asirio-Babilónico y de Sumaria refiere al color negro. Pero, ¿qué significa esto? Nuestro tradicional entendimiento del Antiguo Testamento está influenciado por el antiguo método rabínico de interpretación conocido como Midrash. Estas interpretaciones a veces tienen prioridad sobre el significado literal del texto que se está interpretado. También pertenecen a otras épocas con distintas condiciones e intereses socio-económicos. Cuando la antigua literatura rabínica menciona a las personas negras, ¿se está refiriendo étnicamente a “negro” o solo a personas por lo general con piel más oscura?
Les voy a exponer un ejemplo moderno. En una congregación que una vez pastoreé, había dos familias con los apellidos Black (Negro) y White (Blanco). La familia White era negra y la familia Black era blanca. El Sr. Black, que era blanco, solía hablar acerca de sus precios nietos blancos de apellido Black. Y el Sr. White hablaba acerca de sus preciosos nietos negros de apellido White. Imaginen lo que podía pensar alguien que leyese esto dentro de mil años.
Solo porque a algunas personas se les llama por un término que significa “negro” no necesariamente prueba que fueron lo hoy llamamos negro. Desde luego, esto no significa que no fuesen “personas de color” tampoco. En la antigüedad, al igual que hicieron las gentes de las viejas sociedades fronterizas a Estados Unidos, se ponía motes a las personas que reflejaban su personalidad, su procedencia o su apariencia. Pero nombres como “Flaco”, “Chico” o “Búfalo” dicen nada acerca de la ascendencia de la persona.
Algunos escritores antiguos dicen que los egipcios y los etíopes fueron negros. Pero ¿Qué quieren decir con esto? ¿Cuán “negros” fueron? ¿Fueron simplemente de tez más oscura que la de los escritores? Las pinturas murales y los jeroglíficos de los antiguos egipcios y etíopes dibujan a las personas totalmente de color negro. Pero esto fue una forma de arte muy estilizada, que no tenía por qué tener nada que ver con su verdadero color de piel.
Muchas personas negras tienen la tez de piel más clara que algunos que clasificamos como “caucásicos”. Existen también definiciones sociales y legales, basadas en el porcentaje de sangre africana o “negra” que las personas tienen según su ascendencia. No fue hace tanto que ciertos estados en los Estados Unidos tenían leyes que marcaban a alguien como “negro” si la persona había tenido un solo antepasado negro. Su aspecto físico no importaba.
Estas son algunas de las dificultades que encontramos al intentar determinar si los personajes de la Biblia son lo que hoy en día consideramos como negros. Por consiguiente es irresponsable sacar conclusiones superficiales tanto a favor como en contra de una presencia de la raza negra en las Escrituras. Pero esto no ha impedido a eruditos y teólogos (qué sin duda alguna deberían de saberlo mejor) de insinuar que todas las personas de la Biblia eran blancas, y que la constancia escrita de la Biblia excluye a las razas asiáticas y “negras”, una conclusión que no es verdad.
Pero supongamos que fuera cierto. ¿Habría importado? La historia de la Biblia está enfocada en lo que hoy conocemos como Oriente Medio, y en particular al relato de la ascensión y decadencia de la antigua Israel. Es específico a la geografía y a un periodo histórico. Se mencionan a otras personas que van encajando según va evolucionando aquella historia. Así que no se incluyen a los esquimales ni a los coreanos. Sin embargo nadie cree en serio que son excluidos de la raza humana. Pero cuando se trata de la supuesta ausencia de personas negras, nos encontramos con una auténtica maraña de cruel engaño que constituye una burla del verdadero registro bíblico. Solo cuando usted entienda esto puede comenzar a tener un atisbo de lo que ha sido ser negro en Estados Unidos.
Varios puntos de vista
El punto de vista Pre-Adamita argumenta que la raza negra, particularmente los llamados “negrazos”, no son descendientes de Adán. Al parecer, este punto de vista tiene su origen en las obras de autores tales como Paracelsus en el 1520, Bruno en el 1591, Vanini en el 1619 y de Peyrère, uno de los escritores más prolíficos, en 1655. Llegó a su máximo potencial de desarrollo allá por el siglo 19 de la mano del erudito Alexander Winchell con su libro Preadamitas; o la demostración de la existencia del hombre antes de Adán, publicado en 1880.
Estos autores (todo blancos), sostenían que los negros pertenecen a una raza creada antes de Adán y entre los cuales el villano bíblico Caín tomó a su esposa. Caín, al casarse con una de estas personas pre-Adámicas, así dice el razonamiento, se convirtió en el progenitor de todas las personas negras. Por lo tanto, se racionalizó, las personas negras, especialmente los “negrazos”, no son realmente humanos, porque no descienden de Adán, sino de alguna creación pre-Adámica, habiendo entrado en la raza humana solo por el matrimonio mixto, y a través de un conocido pecador. Por consiguiente, al no ser considerados humanos tampoco tenían almas, sino que eran simples bestias como cualquier otra bestia del campo. Y puesto que la Biblia dice que Dios dio dominio a los humanos sobre las bestias, se llegó a la conclusión de que estas criaturas desalmadas existen para hacer el trabajo para los seres humanos.
Esta absurda premisa teológica fue predicada en las iglesias a lo largo de los Estados Unidos, particularmente en el sudeste, para tranquilizar a la gente que la esclavitud no era solo aceptable, sino la misma voluntad de Dios, firmemente arraigado en un “buen” entendimiento de la Biblia.
El punto de vista Cainita sostiene que Caín nació blanco, pero tras su inaceptable sacrificio y el asesinato de su hermano, Abel, fue transformado en negro como castigo y convirtiéndose así en el progenitor de todas las personas negras. Según algunos de los Midrashim rabínicos (tanto en el Talmud Babilónico como en el de Jerusalén), como quiera que Caín ofreció un sacrificio inaceptable, el humo de dicho sacrificio le envolvió, convirtiéndole en negro y causando que todos sus hijos naciesen negros. En otra historia Talmúdica, un rabino comenta que Dios azotó a Caín con granizo hasta que se puso negro. Las historias varían, pero se puso de moda la creencia Euro-americana de que Dios maldijo y señaló a Caín al convertirlo en negro.
Algunos enseñan que lo contrario es la verdad, diciendo que Dios convirtió a Caín en blanco para hacerle fácilmente reconocible (señalado) en un contexto del Medio Oriental. Otros también enseñan que la lepra (donde la piel se vuelve blanca) fue la maldición de Dios, de este modo las personas blancas son los verdaderamente malditos. Sin embargo, esta distorsión de la Escritura igualmente de absurda ha tenido cierta influencia en alguna comunidad marginada negra.
El punto de vista Noajide (o antiguo Camita) se remonta a escritos sugeridos en el Talmud y posteriormente aprobados por intérpretes judíos y cristianos (especialmente entre los blancos sureños de la pre-guerra Civil de Estados Unidos). Según este punto de vista, Cam violó la supuesta prohibición de Dios contra el apareamiento dentro del arca. Como quiera que no pudiera resistir, se le convirtió en negro. Aún otra enseñanza era que Cam y/o Canaán fueron convertidos en negros como consecuencia de la maldición de Noé en Génesis 9:24-27. En este punto de vista, como quiera que Dios maldijera a Canaán, aquella maldición caería sobre todos los descendientes de Canaán, y que consistía en que, primero, todos nacerían negros, y segundo, que serían sirvientes de los blancos. Aquí, nuevamente, podemos ver otro intento descarado de interpretar la Biblia para justificar la tradición de la esclavitud negra.
El nuevo punto de vista Camita es un enfoque del siglo 19 que sostiene que los Camitas eran todos blanco en vez de negros a excepción de Cus (Cus es un término hebreo que significo “el negro”). Los eruditos, particularmente en la Alemania del siglo 19, decían que aunque Cus fuese de color negro, se le debe considerar como un negro Caucásico. ¿Y por qué? Porque, según su punto de vista, los negros no entraban dentro del ámbito de los escritores de la Biblia. Incluso algunos estudiosos bíblicos modernos sostienen este mismo punto de vista. Por ejemplo, Martin Noth, considerado como uno de los más respetados eruditos del Antiguo Testamento de todos los tiempos, afirma en la página 263 de su libro El Mundo del Antiguo Testamento (Fortress, 1966) que los escritores bíblicos no sabían nada de ninguna raza negra.
Comprensiblemente, ha habido alguna reacción entre teólogos negros y personas negras a estas ideas. Algunos han tendido hacia el extremo opuesto, argumentando que todo el mundo en la Biblia era negro. El Dr. Charles B. Copher, profesor de Estudios Africano-Americano en la Escuela Teológica Interdenominacional en Atlanta, declara que esta perspectiva es evidentemente descabellada. Cree que este concepto es una reacción exagerada que puede conducir a otro tipo de extremismo.
El punto de vista Adamita. El punto de vista Adamita es aceptado por los judíos ortodoxos, los cristianos y los Islámicos. Se basa (para los cristianos) en Hechos 17:26, que afirma que Dios ha hecho de una sangre a todo el linaje de los hombres. Y esto, queremos hacer resaltar, es el único punto de vista que está en consonancia con el verdadero mensaje de las Escrituras. Sin embargo, todas estas otras ideas horrorosamente distorsionadas se han promulgado, y algunas todavía tienen un grado de influencia incluso el día de hoy.
Entonces ¿qué?
Entonces, ¿Dónde nos deja todo esto? Sintiéndonos ligeramente asqueados, espero, por la increíble capacidad que tenemos de engañarnos a nosotros mismos y doblar la palabra de Dios en cualquier dirección con tal de que se adapte a nuestros propósitos.
En general, y sin duda, el indiscutible mensaje es que Dios nos ha creado a todos nosotros a su imagen y todos los miembros de la raza humana están incluidos en la obra salvadora de su Hijo. En ninguna parte de la Biblia hay indicios de que las personas negras, o cualquier persona, fuera “de color” o no, estén apartados de su incondicional amor. Pero el hecho sigue siendo que las personas han creído y enseñado este error, y por desgracia, ha sido una enseñanza que aún afecta a la forma en que muchos de nosotros pensamos de los demás, y quizás hasta de nosotros mismos. La Biblia no se centra en el color de la piel como cualquier forma de criterio. Por cuanto todos pecaron, todos están destituidos de la gloria de Dios, y todos son justificados por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús.
Pero ¿qué acerca de la pregunta de si las personas negras se mencionan en la Biblia? Es verdad que es difícil construir un caso definitivo, sobre la base de pruebas textuales, para demostrar más allá de toda duda que a las personas negras se les menciona en sus páginas. Pero, ¿por qué deberíamos hacerlo? ¿Por qué no invertimos la pregunta? No hay prueba alguna de que las personas negras – o de cualquier otra persona en realidad – estén excluidos del ámbito de competencia de los escritores de la Biblia. Pongamos la carga de la prueba sobre aquellos que enseñan lo contrario. El hecho es que sí tenemos pruebas de que algunas de las personas mencionadas en la Biblia eran negras.
Un número de eruditos Bíblicos europeos de los siglos 18 al 20 escribieron como si no hubiera personas de color mencionadas en las Escrituras. Otros, en cambio escribieron como si la Biblia realmente mencionara a las personas de color, pero interpretaron el material bíblico de tal manera que justificaba su subyugación y esclavitud. Aunque estas ideas no bíblicas e impías son mucho menos frecuentes hoy, algunas personas de color todavía tienen el sentimiento de que la Biblia es un “libro para el hombre blanco.”
Este artículo repasará algunos pasajes bíblicos que hacen mención a las personas negras. De nuevo, no tiene ninguna importancia si cualquier grupo en particular de personas son seleccionadas para ser mencionadas en la Biblia, porque su enfoque es en cómo Dios trabajó a través del pueblo de Israel para traer la salvación del mundo entero, de todos los pueblos, por medio de Jesucristo. Por lo tanto, la historia del Antiguo Testamento es principalmente la historia de la obra de Dios con Israel. La historia del Nuevo Testamento es, ante todo, la historia de la iglesia, que en el fondo está comprendida por personas de todas las naciones. Así que, hay una gran probabilidad de que las personas negras, en verdad, tuvieron una parte en la historia de la Biblia. Se les menciona, no porque fueran negros, sino porque estaban allí.
Cus
Las historias de la Biblia tuvieron lugar en y alrededor de lo que ahora llamamos el Oriente Medio, y la gente se movía dentro y fuera de ese entorno en base a su relación con las naciones de la antigua Israel y de Judá. En consecuencia, no se identifica específicamente a la inmensa mayoría de los grupos étnicos y raciales del mundo. Sin embargo, algunos de los que se identifican eran de color negro.
Existe una fuerte tradición de que algunos descendientes de Noé a través de su hijo Cam fueron negros. Cam tuvo un hijo llamado Cus, que significa “negro” en Hebreo. Cus es el término más comúnmente utilizado en la Biblia para referirse al color negro de las personas, pueblos o tierras. En la versión Reina Valera se utiliza 58 veces. La palabra Griega y Latina es Etiopía. En la literatura clásica, los autores griegos y romanos describen a los etíopes como negros. La arqueología ha demostrado que estas personas efectivamente eran negras. En el libro de Jeremías, se hace la siguiente pregunta, “¿Mudará el etíope su piel?”
Génesis 10:6-20 sitúa a los descendientes de Cam en el norte de África, África Central y en partes del sur de Asia. Salmos 105:23 menciona la “tierra de Cam” en Egipto, y Salmos 78:51 relaciona las “tiendas de Cam” con Egipto.
Otras pruebas del Antiguo Testamento
En Génesis 10, Nimrod, hijo de Cus (cuyo nombre significa “negro”), levantó una civilización en Mesopotamia. En Génesis 11, nos relata que Abraham procedía de Ur de los Caldeos, una tierra en donde entre los primeros habitantes había personas negras. Se puede demostrar tanto histórica como arqueológicamente que los pueblos de la región de donde procedía Abraham se entremezclaron racialmente. Así que es posible que Abraham y los que viajaron con él se pudieran haber mezclado racialmente.
Génesis 14 nos narra cómo las experiencias de Abraham en Canaán y Egipto le llevaron a él y a su familia a zonas habitadas por pueblos cuyos habitantes seguramente eran negros. Tanto las pruebas arqueológicas y el relato de 1ª de Crónicas 4 nos dicen que la tierra de Canaán fue habitada por los descendientes de Cam.
Se puede encontrar aún más presencia de personas negras en los relatos de Agar la egipcia, Ismael y su esposa egipcia, y los hijos de éste, especialmente Cedar. A los Cedaritas se les menciona con cierta frecuencia en los libros de Isaías, Jeremías, Ezequiel y Nehemías, y la palabra cedar significa “negrura.”
Y todavía aparece más evidencia de la presencia de personas negras en el periodo patriarcal con las experiencias de José en Egipto. Éste se casó con una mujer egipcia, Asenat, que descendía de Mizraim, es decir de la raza Hamítica. Por consiguiente existe una gran posibilidad de que Asenat fuese negra. Ella fue la madre de Manasés y Efraín.
El Nuevo Testamento
El Nuevo Testamento contiene también abundantes pruebas de la presencia de personas negras. Hechos 8 relata la historia del eunuco etíope, uno de los primeros gentiles en ser bautizado. Él procedía de una región de raza negra, de manera que podría haber sido negro. En Hechos 13 leemos acerca de Simón, llamado Níger, el término latino para negro. También está Lucio de Cirene, un lugar geográfico de personas negras.
¿Estas referencias nos dan la prueba absoluta? No. Pero la importancia de las pruebas indica que los negros no fueron excluidos de la “vida bíblica.” La doctrina moderna rechaza a los teólogos que estuvieron en contra de la presencia de negros en la Biblia. Pero lamentablemente, la pasada interpretación euro-centrista de la Biblia, que si reconoce la presencia de personas negras en la Biblia, fue deliberadamente utilizada por algunos en el pasado para justificar la esclavitud y la subyugación de las personas de color.
Creo que puede afirmarse que hay una presencia de personas negras en el Antiguo y Nuevo Testamentos. De cualquier manera, lo cierto es que la Biblia enseña que Dios ha hecho a todas las personas de una ascendencia. Todos los seres humanos – hombres, mujeres, negro, blanco, rojo, amarillo y marrón, son hijos de Dios. Todos ellos son creados a imagen de Dios para la salvación a través de Jesucristo.
El Nuevo Testamento deja claro que nadie está excluido del amor y el propósito de Dios. Pablo nos dice que “no hay ni judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús» (Gálatas 3:26-29). La Palabra de Dios se refiere, habla y comprende a todas las personas.
Podríamos resumirlo en las palabras de la canción popular:
Cristo ama a los niños,
a los niños del mundo,
el rojo y el amarillo,
el blanco y negro,
todos son preciosos ante Dios.
Cristo ama a los niños por doquier. ◊
Dan y Bárbara Rogers
Nota del autor:
Este artículo está basado en un ensayo que escribí mientras estudiaba en la Universidad Emory en Atlanta, Estados Unidos. Ese ensayo fue el producto de mucha investigación, en el proceso de la cual reuní una gran cantidad de bibliografía. No hay espacio para incluirla aquí. Pero los lectores que quisieran más detalles pueden acceder a la bibliografía completa en la siguiente dirección de internet: www.christianodyssey.com/bible/africans2.htm.
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